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José A. Sánchez: «Sin la escuela concertada, la democracia daría un paso atrás»

José A. Sánchez Herrera jurando su cargo como presidente de la Fundación Victoria · Autor: F. GRIÑÁN
Publicado: 26/09/2016: 10231

La Fundación Victoria inicia nuevo curso y lo hace bajo la presidencia del hasta ahora vicepresidente, el sacerdote malagueño José A. Sánchez Herrera.

«La mayor parte de los colegios concertados responde a necesidades de barrios muy complejos»

¿Por qué se ha elegido como lema para este curso “La familia, regalo de Dios”?

La Fundación siempre ha tenido como lema “educar en familia”, y este curso, en que tanto la exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia como las Prioridades Pastorales Diocesanas nos invitan a fijar la mirada en la familia, cuadraba enormemente bien con nuestro proyecto educativo y pastoral. En el primer pleno del Patronato de este curso se han aprobado los nuevos estatutos y han jurado los nuevos cargos.

¿Qué objetivos persigue esta reforma?

Hemos estado dos años trabajando en un Plan Estratégico, y a partir de él, se veían dos necesidades. Una era adaptar aún más el propio gobierno de la Fundación a las nuevas circunstancias. Veníamos de una institución un poco más piramidal, y el Sr. Obispo quería una más circular, más de trabajo en equipo, donde las responsabilidades se compartan. Por otro lado, el Obispo de la Diócesis era, por razón de su cargo, el presidente del Patronato con lo cual, recaía sobre él una carga de responsabilidad añadida a la propia de ser obispo. Don Jesús ha preferido seguir con la autoridad eclesiástica, y él es el máximo responsable de la Fundación como obra diocesana que es, pero deja al Patronato la acción directa, el día a día. No da un pasito para atrás, sino al lado, y ha tenido la delicadeza de nombrarme a mí como nuevo presidente.

¿Cómo es la situación actual de la escuela concertada con la Administración? Porque sabemos que no siempre ha pasado por momentos buenos.

Yo no conozco un momento bueno. La Fundación lleva 24 años y no recuerdo ninguno que no haya sido difícil. El mayor problema, además del ideológico, es ser moneda de cambio según quién gobierne. En la educación hoy “se pinta con brocha gruesa”, y no dejan que cada uno de los ámbitos implicados “pinte con su pincelito”, para perfilar un poco más. También seguimos encontrando que se entiende que la escuela concertada es la escuela de los ricos, cuando la mayor parte de los colegios concertados responde a necesidades de barrios muy complejos... Toda esa “música” provoca una gran inestabilidad e inseguridad. Las obras educativas nacieron como una labor de suplencia. Hoy, a Dios gracias, el Estado ha asumido su responsabilidad de ofrecer una educación a todos los ciudadanos, y la escuela concertada es una alternativa de libertad. Efectivamente, el Estado tiene que preocuparse de que todos los ciudadanos se eduquen, pero son los padres quienes tienen el derecho de elegir qué tipo de educación quieren para sus hijos. Si desapareciese la opción de la concertada, la democracia en España daría un paso para atrás. Es tan pública como la estatal, está sostenida con fondos públicos aunque recibe menos, pero aporta un ideario, un estilo, que los padres valoran.

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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