Desde allí, ha contado que su objetivo es «acompañar a este pueblo que lucha y sale adelante de tantas dificultades en la vida». Tras el seísmo de abril de este año, Ecuador ha vivido 2.246 réplicas, la última ha sorprendido allí al rector del Seminario, quien cuenta que «impresiona muchísimo. Sientes a tus pies cómo el terreno se levanta y parece que se ondula. La gente sale a las calles... es impresionante. Cuando llegas, ves un pueblo sufriendo, que sin embargo está reconstruyendo sus casas, su ciudad, aunque en condiciones tan precarias...»

En la zona en que se encuentra Francisco González ha habido 668 muertos por causa del terremoto. «Tenemos que orar por ellos. Su testimonio te deja una huella en el corazón muy fuerte. Uno se siente evangelizado por ellos. No he visto a nadie que eche la culpa a Dios. Impresiona su vivencia de la fe, su religiosidad... El otro día, había más de 700 personas en una Misa a las 7 de la mañana... uno sale evangelizado y dando gracias a Dios de ser sacerdote».

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