Calidad Vs Eficacia Publicado: 01/09/2012: 1726 En pleno inicio de un nuevo curso escolar, los centros de enseñanza malagueños abren sus puertas con la mosca tras la oreja. A nadie escapa que las medidas restrictivas tomadas por el gobierno central y autonómico tendrán su eco en la configuración y desarrollo del presente curso. Quizás podría comenzar articulando mi discurso en la frívola y nada constructiva argumentación del cómo y cuándo los diferentes recortes y reformas estructurales de nuestro sistema educativo llegarán a condicionar, durante el presente curso, nuestro día a día en las aulas. También podría establecer justificadas diferencias del por qué afectaran de manera desigual a los centros sostenidos por fondos públicos que a los centros concertados y privados. Nada de eso. Con demasiada frecuencia profesores, maestros, en definitiva, educadores, negamos la mayor y centralizamos nuestras preocupaciones lejos del trabajo personal y directo con nuestros alumnos. Intereses creados, rencillas entre compañeros, equiparaciones salariales, son tan sólo algunos de los agentes que nublan y difuminan nuestra verdadera vocación como docentes. Todos aquellos que tenemos la gran suerte de acompañar el ejercicio de esta bendita vocación, con nuestra pertenencia a la gran familia de la Iglesia, debemos sentirnos tremendamente afortunados. Encontrar a Dios en nuestro día a día en las aulas, en nuestros alumnos, en nuestros compañeros…nos hará catapultarnos casi sin saberlo, a una dimensión totalmente diferente y alejada de los estereotipos y falsos adoctrinamientos que marcan la clase política en nuestro país. Cuando la sociedad le da la espalda a Dios, cuando la crisis se instala en los bolsillos y en los corazones de nuestros hermanos, cuando la Eucaristía es un regalo con fecha de caducidad, nuestro papel como educadores y agentes evangelizadores de Fe cobra una especial relevancia. Afincar nuestros valores, nuestras enseñas y por qué no, nuestras debilidades personales en Dios, nos permitirá transmitir nuestro mensaje con mayor fuerza a una sociedad sedienta de Amor, Caridad y Esperanza. Autor: Pedro Jerez