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Jornada por la familia y por la vida

Publicado: 22/12/2010: 1083

La familia y la vida se celebran unidas en la Iglesia desde 1996, en la fiesta de la Sagrada Familia. El principal objetivo de dicha jornada es "proclamar la verdad y la belleza del matrimonio, de la familia y de la vida humana". En Málaga se ha celebrado solemnemente este domingo con una Eucaristía en la Catedral presidida por el sr. obispo.

Con motivo de la Jornada por la familia y por la vida, la revista Diócesis ha llevado a su portada un reportaje muy interesante: Se trata del testimonio de dos matrimonios que han visto cómo ha crecido su amor a lo largo de los 57 y 42 años de matrimonio que han celebrado. Joaquín y Concepción, y Francisco e Hipólita, son la mejor prueba de que el matrimonio para siempre es posible, y que el amor nunca muere. Después de los años, las dificultades, las crisis, las arrugas y los achaques, dan gracias a Dios por haber puesto en su camino a otra persona con la que formaron una familia, acogieron y educaron a los hijos y compartieron la salud y la enfermedad hasta que la muerte los separe o los haya separado. 
Sin dudarlo proclaman a los cuatro vientos que "merece la pena celebrar 50 años de matrimonio", un sacramento que se afianza con los años de los contrayentes.
 
 «El verdadero amor no decae»
 Joaquín Fernández y Concepción Martínez se casaron el 6 de septiembre de 1953, en la parroquia de los Santos Mártires. Hace poco celebraron 57 años de matrimonio junto a sus hijos y nietos. 

–57 años de casados, ¿dónde está el secreto?

–Hay muchos secretos. El más importante de todos es el amor; el amor verdadero que es capaz de sortear los inconvenientes que, en los momentos más inesperados, se te puedan presentar. Solamente así, con amor, es como se perdura en algo tan importante como es un matrimonio para toda la vida. Ésta es la ansiada felicidad.

–¿Os queréis más que cuando os conocisteis? ¿Evoluciona el amor, o se acaba?

–El verdadero amor nunca puede decaer, se va potenciando año a año y se enriquece con la suma de algo llamado cariño, que al final se funde con él y te desborda.

–Seguro que, en vuestra vida, habéis tenido momentos de crisis y dificultades, ¿cómo las habéis superado?

–A mi juicio, sería difícil encontrar un matrimonio que no haya tenido nunca dificultades. ¿Cómo se vencen? Si Dios nos unió, de alguna manera se comprometió a no abandonarnos nunca, y si lo tenemos junto a nosotros, hemos de confiar en Él y así, con nuestras oraciones, se encarga de arreglar todo lo que no haya sido agradable, si ve en nosotros deseos de hacerlo. 

–¿Qué significa la fe en vuestro matrimonio?

–La fe es nuestro telón de fondo. La fe nos anima, nos hace solidarios entre nosotros y con los demás. La fe nos hace vivir y el saber que Dios nos preside nos hace poseedores del mayor consuelo. No comprendemos a los que quieren borrar a Dios de nuestras vidas.

–¿Ha valido la pena?

–Una de nuestras mejores respuestas es lo que sentimos al mirar una fotografía de toda nuestra descendencia: hijo, hijas, nuera, yernos, nietos y nietas. A todos los queremos por igual, mucho. Y todos son buenos y están pendientes de nosotros. ¿Puede ser más generoso el Señor?

 «Un consejo, dialogar mucho»

Francisco Molina e Hipólita Mérida se casaron el 6 de agosto de 1967 en su pueblo de Archidona. Han celebrado 41 años de casados. Hipólita falleció el 17 de mayo de 2008. 

–41 años de casados, ¿dónde está el secreto?

–El secreto está en el respeto mutuo; en educar a los hijos con autoridad, y con cariño, dentro de la fe de la Iglesia. En ir siempre los dos a una, dialogando y poniéndonos de acuerdo en todo. Por eso me acuerdo tanto de mi esposa, la echo mucho de menos porque, para mí, no hay otra como ella.

–¿Os queríais más que cuando os conocisteis, evoluciona el amor?

–El amor siempre ha sido intenso en nuestro matrimonio. Un amor indisoluble, que nunca se puede acabar, porque trasciende, en lo bueno y en lo malo. A lo largo de los años nos hemos ido ayudando a crecer como personas, a superar nuestros defectos y potenciar nuestras virtudes. 

–Seguro que en vuestra vida habéis tenido momentos de crisis y dificultades, ¿cómo las habéis superado?

–Agarrándonos al Amor, que lo puede todo. Y los dos siempre a una, de acuerdo. Así hemos podido superar los problemas de enfermedad y muerte de un hijo. 

–¿Qué ha significado la fe en vuestro matrimonio?

–Ha sido la base, el fundamento, la roca que nos ha hecho no sucumbir. La casa de nuestro matrimonio la edificamos sobre la roca de la fe.   Y también, ser una familia abierta a los demás. Sobre todo mi mujer, que siempre tenía tiempo para dedicar a los más necesitados.

–¿Ha valido la pena?

–Por supuesto que sí. El matrimonio hay que cuidarlo todos los días, pero merece la pena. Ahora parece que es más difícil por los problemas de nuestra sociedad, pero siempre ha habido problemas, y siempre el amor lo ha podido superar todo. Lo importante es que todo se dialogue, que se escuchen uno a otro, sin imponerse nada, y que lo lleven todo a la oración.  

Un reportaje de Encarni Llamas para la revista "Diócesis"

Autor: diocesismalaga.es

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