Noticia El predestinacionismo, una herejía medieval Publicado: 23/12/2014: 13362 Esta teoría originó una gran polémica. Tres sínodos intervinieron en esta complicada cuestión. Fueron poco frecuentes las herejías durante los mil años de la Edad Media. Una de ellas fue la relacionada con la predestinación. El predestinacionismo es la actitud de los que sostienen la existencia de un plan divino que determina la salvación o condenación de los hombres, independientemente de sus acciones buenas o malas. Desde las controversias pelagianas, una de las cuestiones que más ha inquietado a los teólogos es el problema de la predestinación. Ciertas proposiciones de San Agustín, en manos de teólogos poco versados, pueden conducir a un grave error. Y así ocurrió con un monje de Fulda, llamado Gottschalk (Gotescalco), benedictino, que sin vocación entró en un monasterio contra su voluntad y llegó a ser sacerdote. Admite Gotescalco dos predestinaciones, una para el cielo y otra para el infierno. Los predestinados al cielo (los elegidos), por pura voluntad divina alcanzarán infaliblemente la gloria. Los predestinados al infierno (los réprobos) se condenarán irremediablemente. Cristo no ha muerto por los réprobos, sólo murió por los elegidos. Para Gotescalco, los conceptos de predestinación y presciencia son en Dios una misma cosa. Dios, al predestinar, preconoce la suerte eterna del hombre. Esta teoría originó una gran polémica. Tres sínodos intervinieron en esta complicada cuestión. El Concilio de Quiercy (853) admite que Dios por presciencia conoce quiénes son los réprobos, pero no los predestina al infierno. Dios ha muerto por todos y quiere que todos se salven. El Concilio de Valence (855) asegura que los malos se perdieron porque no quisieron ser buenos. El concilio de Toucy (860) defiende la existencia de la libertad en el hombre junto con la voluntad salvífica universal de Dios. Resta decir que Gotescalco murió en el 868 sin retractarse.