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Visita Pastoral a la parroquia de Santiago (Monda)

Publicado: 14/03/2022: 4120

Arciprestazgo de Coín

Homilía pronunciada por el obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Eucaristía con motivo de la Visita Pastoral a la parroquia de Santiago de Monda

VISITA PASTORAL A LA PARROQUIA DE SANTIAGO

(Monda, 13 marzo 2022)

Lecturas: Gn 15, 5-12.17-18; Sal 26; Flp 3, 20 − 4, 1; Lc 8, 28b-36.

(Domingo Cuaresma II-C)

1.- Hemos escuchado en el evangelio de san Lucas la transfiguración del Señor. Jesús sube al monte con los discípulos más cercanos e íntimos, Pedro, Juan y Santiago (cf. Lc 9, 28). 

Subir al monte implica desprendimiento de la comodidad, dejar muchas cosas que obstaculizan el camino hacia Dios, desprenderse de lo superfluo, ir ligeros de equipaje.

El Señor Jesús nos invita a subir con Él al monte, dejando las comodidades del ambiente en que estamos inmersos, haciendo ayuno de manjares y abstinencia de carne; es decir, renunciando a algo por amor al hermano para ayudar a los más necesitados. 

También nos invita a ayunar del pecado y de todo aquello que nos aparta de su amor. 

2.- El objetivo de subir al monte es unirse al Padre en la intimidad de la oración y de la contemplación. El silencio de los rumores cotidianos y de los ruidos que nos aturden y embotan nuestro espíritu facilita la escucha de la Palabra de Dios.

En la Cuaresma la Iglesia nos anima a intensificar la oración y nos pide que dediquemos mayor tiempo a la lectura de la Palabra de Dios, para alimentar nuestra fe, esperanza y caridad.

Durante la transfiguración se oyó una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle» (Lc 9, 35). La Iglesia nos anima a escuchar la Palabra de Dios para purificar nuestro corazón y convertirnos más al Señor. 

3.- Es importante escuchar la voz de Dios, para aceptar su voluntad, como hacía Jesús, que escuchaba la voz de su Padre del cielo. 

Para poder obedecer es necesario escuchar; de lo contrario, no sabemos lo que tenemos que obedecer. Queridos niños, para obedecer a vuestros padres y educadores es necesario primero escuchar lo que nos dicen. 

El término “obedecer”, como he explicado muchas veces, implica primero la escucha. Obediencia es realizar la acción de “ob-audiencia” (escucha); es decir, primero escuchar y después realizar la voluntad del que me ha hablado.

4.- En la transfiguración Jesús dialoga con dos personajes bíblicos, Moisés y Elías (cf. Lc 9, 30), que representan la Ley y los Profetas del Antigua Testamento. 

El tema del diálogo versa sobre lo que iba a suceder en Jerusalén (cf. Lc 9, 31); es decir la muerte y resurrección del Señor. 

Jesús quería que los apóstoles tuvieran la experiencia de la subida al Tabor, para afrontar después la bajada a Jerusalén donde sufriría la pasión y moriría en la cruz.

El Señor nos invita a subir con él al monte para escuchar la voz de Dios y darnos fuerza para dar después testimonio de su resurrección en nuestra sociedad.  

Cada Eucaristía y cada celebración litúrgica es como un Tabor; aquí escuchamos la Palabra de Dios y nos nutrimos con el alimento eucarístico, que nos da fuerzas para continuar el camino de la vida cristiana.

5.- Los confirmandos, niños y adultos, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo para ser testigos en nuestra sociedad. Vais a salir transformados de esta celebración; el Señor quiere transfiguraros mediante su Espíritu, que iluminará vuestra vida y os renovará por dentro.

Digamos que hoy le acompañáis en la subida al monte Tabor para rezar con él, escuchar la voz de Dios y obedecer su voluntad. Después bajaréis con el Señor para acompañarle en su pasión, muerte y resurrección. 

La celebración de la transfiguración debe ayudarnos a convertirnos más al Señor y vivir con mayor compromiso nuestro bautismo.

6.- La Visita pastoral quiere favorecer el encuentro fraterno y revisar cómo vivimos la fe y cómo damos testimonio de ella. Hemos de preguntarnos cómo celebramos la fe en comunidad; y cómo la vivimos hacia el exterior. 

Este segundo domingo de Cuaresma nos prepara para celebrar la Pascua de Cristo. Tenemos varias semanas para acompañar a Jesús y aprender de Él a desprendernos de las cosas superfluas, a rezar, a obedecer la voluntad de Dios-Padre y a dar testimonio del amor que Cristo nos ofrece con la entrega de su vida en la cruz.

Pedimos a la Santísima Virgen María que nos acompañe en el camino cuaresmal y en el seguimiento fiel del Maestro Jesucristo. Amén.

 

 

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