NoticiaLibros «Ante el desaliento, María nos acaricia como Madre de esperanza» Detalle de la portada de la nueva obra del sacerdote Alfonso Crespo Publicado: 16/11/2020: 15574 "¡Ahí tienes a tu Madre! María maestra de espiritualidad" es el título de la nueva obra del sacerdote diocesano Alfonso Crespo que ya se puede adquirir en las librerías religiosas y en la que presenta 31 lecciones desde la "escuela de María". A las puertas del Adviento de este año marcado por la pandemia, el sacerdote Alfonso Crespo recuerda en su obra que «hay momentos en la historia en los que el ser humano siente de forma radical su desvalimiento, confinándolo en la soledad. Todos hemos sido puestos en algún momento de nuestra vida a los pies de la cruz. En la escena primordial del primer Calvario, Jesús, mirando el desamparo de Juan, el discípulo y amigo, le brinda la mejor de las compañías: ¡Ahí tienes a tu madre! (Jn 19,27)». Este libro nos lleva de forma virtual a la «escuela de María», como afirma el autor, «para que sentados en su regazo, en 31 lecciones sencillas, nos guíe como madre amable y experta maestra por la contemplación de los misterios de su Hijo: el gozo de la Navidad, el dolor de la pasión y muerte y la esperanza de participar en su resurrección, la mejor medicina del alma. Es un libro sencillo de oración y formación personal, en familia o en comunidad». Habla en autor María, figura central del Adviento, ¿qué lección podemos recibir de ella para vivir este Adviento de pandemia, tan necesitado de esperanza? El momento que vivimos, en plena pandemia, es un tiempo de cierta angustia, de incertidumbre, de aguardar un remedio que no acaba de llegar. Este tiempo puede tener alguna similitud con el tiempo que vivió María. Ella era testigo de los momentos de angustia y desesperanza que vivía su pueblo, aguardando a un Mesías Salvador que no acaba de hacerse presente. En un clima de cierto desánimo ella se fía plenamente de las promesas del Señor: la Virgen, sana la duda de su pueblo con una confesión rotunda de fe; fortalece el desvalimiento de su gente con un canto confiado a la esperanza, y en un mundo cerrado sobre sí mismo se convierte en profeta del amor. En este tiempo, recitar el Magnificat de María es una medicina que nos inyecta fe, esperanza y un renovado amor. Nos propone en su obra que, sentados en el regazo de María nos dejemos guiar hacia el gozo de la Navidad, ¿tenemos motivo de gozo? Hay una bella oración popular, la Salve, en la que nos dirigimos a María llamándola: "vida, dulzura y esperanza nuestra". La Virgen, en este Adviento tan peculiar que vamos a vivir, se ofrece como la mejor compañera de camino; ante los síntomas de una vida a medias, ella nos promete vida plena; ante la aspereza de las relaciones, que nos distancian y esconden la sonrisa, ella nos ofrece dulzura; y ante el desaliento que nos puede asaltar como una niebla que cala los huesos, ella nos acaricia como Madre de esperanza. Ella nos va a regalar al Mesías Salvador, el Señor de la historia que rompe las barreras de la muerte y nos abre un horizonte de vida eterna. Sí, hay motivos para el gozo. A pesar de todo, Dios hecho Niño no falla a la cita. No se protege ante cualquier contagio, sino que se mezcla con nosotros para sanarnos, para abrirnos la puerta de la salvación. La Navidad, más allá de cualquier circunstancia adversa, siempre es un inmenso gozo.