Y también a la misión evangelizadora que las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones recibieron de su fundadora, la religiosa antequerana, beata Madre Carmen del Niño Jesús. Este movimiento tiene grupos y fraternidades en los colegios y casas que la congregación tiene en España, República Dominicana, Nicaragua y Uruguay.

El fin del Movimiento “Paz y Bien” es «la santificación de sus miembros según la espiritualidad de las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones: formando grupos y fraternidades cristianas que, viviendo según el santo Evangelio y a ejemplo de María, siguen a Jesucristo, proclamando su amor redentor, edificando la paz y luchando contra el mal solo con el bien, en comunión con la Iglesia y su Magisterio», añaden desde este movimiento.

Para más información sobre este movimiento: https://movimientopazybien.blogspot.com/

Testimonio de tres jóvenes. Marta, Celia y José Carlos

Era un extraño viernes por la tarde. Nos asomamos a la ventana y miramos al cielo. De repente, una canción se nos vino a la mente: “De la mano del Maestro”. Con nuestra guitarra en mano y, sin más, nos pusimos a cantar. Está claro que hay algo que nos faltaba estos días, así que decidimos hacer esta videollamada y descubrir qué era lo que nos pasaba.

Somos Marta, Celia y José Carlos, jóvenes que queremos compartir una reflexión sobre nuestro caminar por Paz y Bien, el movimiento al que nos sentimos unidos desde pequeños.

Es viernes de PAZ Y BIEN, no estamos en el cole con nuestros niños y echamos de menos todos los momentos vividos. Tenemos tantos recuerdos que queremos contaros los mejores.

¿Os acordáis del principio de todo? - preguntaba José C. con ilusión.

Éramos unos críos, al principio solo queríamos cantar, jugar y, poco a poco, nos dábamos cuenta de que Paz y Bien es mucho más: es el sentimiento de pertenecer a una gran familia unida por Cristo y Madre Carmen.

Todos nos tratamos como hermanos, valoramos la humildad como pieza clave de esta unión y compartimos inolvidables momentos juntos, como los que pasamos en Pizarra. Inolvidables convivencias que nos abren el alma y en las que conocemos a “hermanos” de sitios tan lejanos y con los que compartimos miles de experiencias siempre con el mismo objetivo: “Luchar contra el mal solo con el bien”.

En el camino fuimos conociendo a las Hermanas que nos han ido transmitiendo el carisma del movimiento y la suerte de pertenecer a él. Los bailes, las canciones, las celebraciones hacen que cada día sea especial.

No nos podemos olvidar de nuestra Madre Santísima: Santa María de Paz y Bien, luz en nuestro amanecer, claridad en nuestra noche, compañera en el camino. Ella es el faro que nos ilumina y nos da la fuerza.