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La JPJ, la oportunidad de conocer otras formas de tener a Dios en nuestras vidas

Publicado: 01/08/2013: 6404

Testimonios

Tras su vuelta de la JPJ de El Rocío 2013, los jóvenes peregrinos malagueños que han participado de la experiencia tienen ahora tiempo para la reflexión. De entre sus conclusiones se desprenden desde vivencias únicas a anécdotas y curiosidades que, en ocasiones, han marcado un antes y un después en sus vidas.

Han vivido una experiencia que difícilmente van a olvidar. Eso es al menos lo que se intuye en las palabras de Víctor Carretero, Marian García, Isabel Rosa y Esther Díaz. Todos ellos han formado parte de los 350 peregrinos malagueños que han participado en la Jornada de Pastoral de Juventud (JPJ) de El Rocío 2013, encuentro organizado por las Diócesis andaluzas en comunión con la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro.

Confiada en el Señor

Su juventud no les impide tener las ideas claras y una férrea fe. Es el caso de Marian García. Su testimonio es sobrecogedor. Marian es alérgica y como consecuencia de ello asmática. Cuenta que pocos días antes de partir para El Rocío “nos aconsejaron a los alérgicos que no hiciéramos la peregrinación de 13 kilómetros”. Recuerda que una hermana de Camino, verdad y vida, comunidad a la que pertenece, “me dijo que Jesús anunció que los que creemos en Él, aunque tomemos el veneno de una serpiente no nos dañará (Mc 16,17)”. Y entonces decidió arriesgarse y confiar en el Señor, sobre todo, “por las adolescentes que tenía que acompañar”, dice. Su confianza finalmente dio frutos ya que, como explica, “el Señor no me ha defraudado, ni durante la peregrinación ni el resto de días”, es más, añade que, curiosamente, “mi sorpresa fue que el Evangelio de la misa de clausura era precisamente la cita que me comentó mi hermana. ¡Gloria a Dios!”.

La experiencia de compartir

Víctor, Isabel y Esther coinciden en sus sensaciones. Todos ellos destacan la importancia de haber podido compartir esta experiencia con jóvenes de otros movimientos e inquietudes. De sus conclusiones se desprende que les ha enriquecido.

Para Víctor, los momentos de charla con otros jóvenes durante la catequesis y talleres “me servía para darme cuenta de que algo grande estaba ocurriendo en aquella aldea. Nos reuníamos en torno a Dios para profesar públicamente que somos cristianos y que el Señor, de un modo u otro, está muy presente en nuestras vidas. Es algo maravilloso”.
Isabel Rosa pertenece a la Comunidad Asís. Coincide con Víctor en sus sensaciones y lo demuestra al aseverar que “ha sido una oportunidad para vivir con otros jóvenes el ser Iglesia”. A este sentimiento se une también Esther cuando dice que para ella ha sido “un mismo corazón. Eso es lo que he sentido los cuatro días con personas que creen y se apoyan en lo mismo que yo”.

“La fe es una llama que se hace más viva cuando se comparte”. Son palabras del Papa Francisco que estos peregrinos secundan. Víctor así lo manifiesta cuando asegura que “la JPJ avivó mi espíritu”, mientras que Isabel dice que este mensaje “me ha entusiasmado y me impulsa en este camino de ser cristiana”. Esther comenta haber sentido “la fuerza por parte de Dios y de ver tantos jóvenes querer a Jesús”.


 

Autor: Inma Prieto

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