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Preparación a la Semana Santa

Publicado: 23/03/2013: 4754

Para la preparación de la Semana Santa, a los cristianos nos gusta recordar momentos vividos en esta Cuaresma. Me ha quedado grabada la impresión que me produjo el Vía Crucis que, la Diócesis de Málaga junto a otras entidades y comentada por periodistas de diferentes medios, celebró en el Teatro Romano rodeado de un ambiente de devoción, respeto y un silencio que llenaba la calle.

Eran las ocho de la tarde del jueves 28 de Febrero, llovía, hacía frio, pero los corazones de los fieles ardían de emoción. La televisión retransmitía en directo el momento sublime de la retirada de la guardia oficial del Papa Benedicto XVI. Se cerraban las puertas y quedaba vacante la Sede Vaticana.

Desde el balcón de mi casa oí el tañido de las campanas de San Agustín y Santiago que llamaban a misa de ocho. Las campanas revoloteaban con cierto aire festivo y, justo también, en ese momento en el Teatro Romano entronizan y alzan la cruz que centrará el recorrido de las catorce estaciones. La cruz siguió encendida toda la noche. ¡Bonito espectáculo que simboliza la Luz de Cristo!

El viernes el anfiteatro del Teatro Romano se fue llenando de velas. La calle se cubrió de penumbra y así surgió la afluencia de tantas personas deseosas de participar en este acto cuaresmal que fue llenando la calle Alcazabilla.

¿Como vivimos los cofrades la preparación de la Semana Santa?

Los cultos son variados, todos llenos de sentido religiosos y con afán de unidad. Dentro de cada hermandad los actos de devoción son el eje principal de este tiempo de Cuaresma.

Un acto Mariano es el momento en que se viste a la Virgen, acompañado de respeto y sentimiento. Habitualmente se celebra en sábado para comenzar con el rezo del Ángelus. A éste le acompañan cantos, peticiones y alabanzas. Es un acto también de convivencia, donde jóvenes, menos jóvenes y niñas ofrecen el testimonio del cariño hacia Ella. Después es llevada a su trono, junto a su Hijo, que le espera para poder marchar por las calles de Málaga, para volver a sentir el cariño de los que le acompañan dentro de la procesión y los que le esperan en su recorrido.

Me resulta grato recordar a los Monaguillos, esos jóvenes hermanos que se sitúan delante de cada Trono. Van con la ilusión de sus amados: El Cristo y la Virgen. Nazarenos, Enlaces y Campanilleros van felices sabiendo que no van solos, detrás - allí muy cerca - van su Cristo y su Virgen, que llevados a hombros de sus hermanos siguen caminando.

Esos tronos son llevados por hermanos que ya hace años cargan con el peso. Unos repiten, otros ofrecen su hombro juvenil y fuerte por primera vez pero ya quedarán enganchados para años próximos. Mayordomos de trono que llevan el timón de ese barco lleno de esperanza.

A los pies del Cristo a veces se ve tímidamente una medalla, Es la medalla que llevó un hermano que este año ya está en el Cielo, que por primera vez falta a su cita y así su recuerdo queda patente.

Esta es nuestra Semana Santa, Donde tantos brillan en su fe y en su entusiasmo. El pueblo sale a la calle y es ahí donde siendo espectadores sienten la grandeza de la Iglesia. Aceptan sus enseñanzas, donde se transmite el afán de engrandecer al hombre y darle la dignidad que merece. Cristo murió para que el hombre viva.

La procesión sigue su recorrido entre el entusiasmo y el cariño de quienes pacientemente esperan que aparezcan los Tronos. A los Malagueños les gusta la Semana Santa, a muchos les guía la fe y la seguridad que da seguirles en sus advocaciones: Jesús atado a la Columna, Coronado de Espinas, Humillado y Crucificado. También en ese recorrido están los que les esperan con la confianza y la esperanza que al rezarles y pedirles serán escuchados. Es la fe popular de muchos y también muy importante. No se debe despreciar.

Dios, pacientemente, los espera cada año con los brazos abiertos y espera que le miren a los ojos y en ese cruce de miradas está la respuesta que Dios les da: «Venid a Mi todos los que estáis cansado y agobiados y Yo os aliviare».
Todos estos actos piadosos son la entrega de quienes no quieren ser simples espectadores.

Queremos vivir y sentirnos VERDADEROS HIJOS DE DIOS.
 

Autor: Inés Robledo Aguirre, camarera de honor de la cofr

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