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Clausura del IV Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías con motivo del Centenario de la Agrupación de Cofradías de Pasión de Málaga (Catedral-Málaga)

Publicado: 26/09/2021: 3813

Homilía pronunciada por el obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Eucaristía de Clausura del IV Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías con motivo del Centenario de la Agrupación de Cofradías de Pasión de Málaga.

CLAUSURA DEL IV CONGRESO INTERNACIONAL

DE HERMANDADES Y COFRADÍAS

CON MOTIVO DEL CENTENARIO

DE LA AGRUPACIÓN DE COFRADÍAS DE PASIÓN DE MÁLAGA

(Catedral-Málaga, 26 septiembre 2021)

Lecturas: Num 11, 25-29; Sal 18, 8.10-14; Sant 5, 1-6; Mc 9, 38-48.

(Domingo Ordinario XXVI-B)

1.- La escena que el libro de los Números nos ofrece hoy es la participación en el espíritu de Dios de los setenta ancianos, para que compartieran la tarea de Moisés de gobernar al pueblo de Israel; recibido el espíritu comenzaron a profetizar (cf. Num 11, 25-27).

El espíritu se posó también sobre dos ancianos que no habían acudido a la reunión; y Josué, ayudante de Moisés, pidió que se les prohibiera profetizar (cf. Num 11, 28). Pero Moisés le respondió: «¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor recibiera el espíritu del Señor y profetizara!» (Num 11, 29).

¡Cuántas veces, queridos fieles, queremos excluir a quienes no pertenecen a nuestros círculos, entornos, comunidades, cofradías o movimientos!

Sin embargo, para el Señor toda persona tiene algo que aportar, aunque no milite en nuestro partido o no pertenezca a nuestro grupo. Tenemos mucho que aprender y tolerar en este sentido, aceptando a todos sin excluir a nadie.

2.- El apóstol Santiago denuncia en su carta la prepotencia de los poderosos, la riqueza de los pudientes, la maldad de los explotadores, advirtiéndoles que sus bienes tienen su fin: «Atención, ahora, los ricos: llorad a gritos por las desgracias que se os vienen encima» (Sant 5, 1). «Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos, el que vosotros habéis retenido, está gritando, y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor del universo» (Sant 5, 4).

Santiago exhorta a la coherencia entre la fe y las actitudes de los creyentes. La esperanza que se apoya en los bienes visibles materiales es muy débil; y una riqueza inmoralmente adquirida nunca puede ser justificada.

Es necesario redescubrir y poner en marcha la función social de todos los bienes humanos: culturales, técnicos, materiales y espirituales. La Iglesia presenta ante el mundo, con hechos reales y estructuras adecuadas, que es urgente construir un Reino que se prolongará más allá del tiempo.

El apóstol Santiago nos invita a tomar en serio que el reino definitivo debe comenzar en la etapa terrena a ser una realidad; debe haber ya en este mundo una fraternidad y comunión sinceras, una actitud real de compartir, una solidaridad universal y un respeto a la libertad de todos.

Las Cofradías deben ser ámbitos donde todo esto se hace realidad: donde se vive la fraternidad real, donde se respetan las ideas y las creencias, donde se celebra la fe, donde se comparten los bienes (religiosos, culturales, materiales), donde todos se sienten iguales con la misma dignidad humana. Las Hermandades y Cofradía deben favorecer la igualdad entre todos, procurando que a nadie le falte lo necesario.

3.- Hoy clausuramos el IV Congreso Internacional de Hermandades y Cofradías con motivo del Centenario de la Agrupación de Cofradías de Pasión de Málaga, que ha versado sobre el tema: La religiosidad popular y la Semana Santa: la fuerza evangelizadora.

Este acontecimiento de gracia nos debe ayudar a tomar más en serio el compromiso de nuestra fe, para vivir una verdadera y auténtica fraternidad y asumir con mayor exigencia la misión evangelizadora.

Las ponencias y las reflexiones del Congreso nos han ayudado a valorar la piedad popular; se ha hablado de “espiritualidad popular”, centrada en el misterio pascual del Señor Jesucristo. Él es el único Salvador del género humano, el Mediador de la nueva alianza, el único Camino entre Dios y los hombres.

Los últimos papas han insistido mucho en la misión evangelizadora de la Iglesia. Y esta tarea debe ser asumida por las hermandades y cofradías, así como por los movimientos eclesiales.

El papa Pablo VI anhelaba que la piedad popular propiciara “un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo” (Evangelii nuntiandi, 48). Ayudad, queridos cofrades, a promover este tipo de encuentro con el Señor y con su Madre, la Santísima Virgen María.

El papa Francisco nos exhorta a alentar y fortalecer la piedad popular “para profundizar el proceso de inculturación que es una realidad nunca acabada” (Evangelii gaudium, 126). Aunque pasen otros cien años más, nunca terminaréis la misión evangelizadora.

En esta Catedral se han expuesto para la devoción varias imágenes de las Cofradías malagueñas de Semana Santa. Animamos a recorrer su itinerario para contemplar la belleza artística y promover la fe y la piedad.

¡Enhorabuena por este IV Congreso Internacional y por el II Foro Paneuropeo de Confraternidades, que habéis promovido y celebrado!

4.- En el evangelio del presente domingo, ante la protesta de los apóstoles, Jesús defiende a quienes realizan acciones buenas en sintonía con Él: «No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro» (Mc 9, 39-40). Si alguien actúa en nombre de Jesús pertenece a su grupo.

No queramos excluir de nuestras cofradías, parroquias y comunidades cristianas a quienes están en sintonía con el Señor, aunque no compartan nuestras ideas o nuestros planes. Tenemos mucho que aprender de este evangelio, que pone de manifiesto que la praxis cristiana no puede defenderse como exclusivismo y como independencia absoluta. Todos los hombres son capaces de hacer el bien.

5.- La Iglesia celebra hoy la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, con el lema: “Hacia un ‘nosotros’ cada vez más grande”. Es una ocasión para tomar conciencia de la situación del mundo en el que vivimos ante el desafío de las migraciones y las oportunidades que nos ofrecen de cara al futuro.

Se nos invita a salir de un «nosotros» pequeño, reducido por fronteras o por intereses de grupo, partidistas, políticos o económicos, para ir a un «nosotros» más grande, para vivir como hermanos con la misma dignidad. Si rezamos el Padrenuestro desde el corazón estaremos más dispuestos a vivir como hijos de Dios y hermanos entre nosotros.

El «nosotros» debe crecer en cada comunidad cristiana y en cada cofradía, acogiendo, promoviendo e integrando; debe crecer desplegando nuestra vocación dentro de la Iglesia; y debe crecer aprendiendo a caminar con la sociedad.

Pedimos a la Santísima Virgen María, que supo vivir en profundidad la fe, que nos acompañe en el proceso de nuestra maduración como discípulos de su Hijo, como promotores de la piedad popular y como agentes dinámicos de la fraternidad universal, acogiendo a los inmigrantes como hermanos nuestros. Amén.

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