«Si la resurrección de Jesús no hubiera sido más que el milagro de un muerto redivivo, no tendría para nosotros interés alguno. No tendría más importancia que la reanimación, por la pericia de los médicos, de alguien clínicamente muerto (...) Jesús no ha vuelto a una vida humana normal de este mundo, como Lázaro y los otros muertos que Jesús resucitó. Él ha entrado en una vida distinta, nueva; en la inmensidad de Dios y, desde allí, Él se manifiesta a los suyos».

Es un fragmento del libro que Benedicto XVI acaba de escribir sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. La fiesta de la Pascua de Resurrección es el momento culmen dentro de la vida cristiana, pues sin ella, nuestra fe no tiene sentido. En este glorioso día nos acercamos a los pueblos de la Axarquía, para compartir con sus gentes la alegría de la Pascua.

Juan Manuel Ortiz Palomo recibió la ordenación sacerdotal hace algo más de ocho años. En la actualidad es el párroco de Ntra. Sra. de la Encarnación, de Árchez; de Ntra. Sra. de la Expectación, de Canillas de Albaida; y de Ntra. Sra. de la Asunción, de Cómpeta. En esta Vigilia Pascual nos subimos a su coche y lo acompañamos.

– Juan Manuel, cuéntanos cómo se celebra la Pascua en las tres parroquias que llevas.

– Es el culmen de la celebración intensa de toda la Semana Santa en los tres pueblos, en las tres parroquias. Pueblos donde el sentir religioso es muy grande y que siempre alcanza su momento más importante del año en este día. Comienzan las celebraciones al anochecer en el pueblo más pequeño. Celebraciones sencillas, pero preparadas con mimo, siendo conscientes de que algo grande nos reúne en esta noche santa. Cuando acabamos en este pueblo, la comunidad parroquial sigue celebrando, pero el cura se tiene que marchar a las siguientes celebraciones en Cómpeta y Canillas de Albaida. En estos pueblos, la celebración se intensifica y, con las naves llenas de fieles, se celebra la Resurrección del Señor. Todos juntos, como parroquia, nos acercamos a ese hecho prodigioso de que en medio de la noche la luz y la vida brillen como nunca en la Resurrección del Señor.

– Nuestros pueblos suelen organizar celebraciones especiales para el Domingo de Resurrección. ¿Cuáles son las de tu zona?

– Por ejemplo, en Cómpeta, después de la Eucaristía solemne, en la que los feligreses llenan el templo, llega la procesión de la Alegría. Jesús Resucitado, titular de la Agrupación de Cofradías, santa María Magdalena y la patrona, Nuestra Señora de los Dolores, vestida de fiesta, salen a la calle a anunciar la Resurrección. Es curioso señalar la presencia de los jóvenes en este día, porque la patrona es llevada por los quintos, recuerdos de las levas del servicio militar, haciendo de esta procesión una gran fiesta que pone final a la Semana Santa. 

– ¿Qué signos de esperanza ves en estos pueblos, entre tus feligreses?

– Un profundo amor al Señor, a muchos niveles. En jóvenes y mayores, en personas pertenecientes a movimientos eclesiales, y en cristianos de parroquia “de toda la vida”. Y mucha inquietud por seguir creciendo en esa fe. Tras una época un poco “movida” por las circunstancias vividas, se abre una etapa nueva, a nivel de los distintos ámbitos (catequesis, enfermos, movimientos, cofradías). Espero que, con la ayuda del Señor, todos podamos crecer.

– Eres sacerdote, ¿cómo vives la celebración de la Pascua de Resurrección?

– A veces con un poco de dificultad (bendita dificultad), porque son muchas las actividades que hay que preparar en las parroquias.  Pero siempre hay espacios para celebrar, para hacer una visión mistagógica (catequética)  de la Resurrección, sobre todo en los retiros del equipo sacerdotal y encuentros festivos de curas y feligreses. 

En fin, es una acción de gracias en medio de las celebraciones de Primeras Comuniones, Bodas, etc.

RESUCITAR EN VÉLEZ-MÁLAGA

Francisco Antonio Sánchez es párroco de Santa María y San Juan, en Vélez-Málaga. Así nos cuenta cómo celebran la Pascua en estas parroquias: “La celebración comienza con el ritual del fuego en la plaza de la Constitución. Los jóvenes se encargan de organizar este rito. En la hoguera quemamos algunos escritos que simbolizan nuestros pecados. Se inicia la procesión con el Cirio Pascual y toda la comunidad acompaña a Cristo Luz del Mundo con una velita encendida y cantando: “Yo soy la luz del Mundo…” El sacerdote entona el Pregón Pascual, y continúa la Eucaristía. Solemos repartir una postal-recordatorio con una pequeña oración que confecciona el artista Claudio López. Al final de la celebración hacemos todos juntos un brindis. Y el Domingo de Resurrección por la tarde acompañamos en procesión la Imagen de Cristo Resucitado por las calles de Vélez Málaga”.

SIGNOS DE ESPERANZA

El párroco afirma que son varios los signos de esperanza que él ha visto y vivido: 

-La Obra Social de la unidad parroquial de Sta. María y S. Juan Bautista, junto con la Agrupación de Cofradías y el Voluntariado que lucha contra la exclusión y la pobreza, es un signo de esperanza en nuestra localidad. Un proyecto que atiende a más de 700 familias. 

-Otro signo de esperanza es el grupo de Oración que cada jueves se reúne en torno al Santísimo. 

-Y también el Voluntariado Parroquial. Un grupo de personas entregadas a la parroquia, que convierte este lugar sagrado en una casa de encuentro, de formación, de reunión, de compromiso y de vida. Los sacerdotes sin un grupo de voluntarios no haríamos gran cosa.

La fiesta de Pascua continúa en esta localidad durante todo el mes de mayo.

La Pascua en el arciprestazgo 

 • Con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, van a celebrar varias actividades extraordinarias como arciprestazgo.

• El martes 3 de mayo llega la Cruz de la JMJ y el Icono de la Virgen a la ciudad de Vélez-Málaga. Todas las parroquias de la zona van a participar en los actos organizados.

• Al ser más tardía la Pascua, va a coincidir el gran encuentro de final de curso de las parroquias con la Víspera de Pentecostés. 

• El equipo sacerdotal de la Axarquía Interior, formado por 14 sacerdotes, celebran juntos un día de convivencia en la Alcazaba, Alcaucín. 

Un reportaje de Encarni Llamas para la revista Diócesis