Pérez Verdugo, ha valorado la importancia de la liturgia en la vida eclesial y ha afirmado que «el Adviento que iniciaremos la semana que viene es un tiempo para emocionarse, para mirar hacia adelante, para darnos cuenta de que el mundo tiene solución, de que las cosas pueden ser de otra manera...»

El también párroco de la Santa Cruz y San Felipe Neri de la capital, ha ahondado, asimismo, en su experiencia, este año, como misionero de la misericordia: «Ha sido una experiencia de la que yo estaré siempre agradecido, ha sido asombroso. Me llenaba de admiración, al mismo tiempo que de agradecimiento a la Iglesia que me ha dado esa posibilidad. Momentos especiales como el sacramento de la confesión, retiros a sacerdotes, y otras muchas experiencias que quedan en el corazón sacerdotal. Con tres o cuatro experiencias vividas este año, ha merecido absolutamente la pena, no solamente ser misionero de la misericordia, sino, aunque podría parecer exagerado, la vida sacerdotal entera».

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