Little boy es la segunda película del mejicano Alejandro Monteverde, director de Bella. Se trata de un hermoso cuento sobre la fe, la acogida del otro, el perdón al enemigo, y principalmente, las obras de misericordia, ambientado en la segunda guerra mundial, y sostenido por actores de la talla de Jakob Salvati, Emily Watson, Tom Wilkinson o Ben Chaplin.

Una película familiar, cargada de esperanza y luz. Frente a un radical laicismo intolerante y resentido, Little boy habla con naturalidad de la intervención de Dios en la historia, y expone el valor de las obras de
misericordia frente al odio de la guerra y la humillación de los más débiles. Además es un hermoso canto a la familia, a la paternidad y a la fidelidad conyugal, así como, en la trama de Hashimoto, se propone la apertura desprejuiciada al otro como forma de humanizar nuestras relaciones. La espléndida fotografía es ya en sí un luminoso reclamo a la esperanza.