NoticiaMedalla Pro-Ecclesia Malacitana Maura Therese: «Comencé en la parroquia echando una mano en las misas en inglés» Maura junto a su hija y su nieto y el párroco Gonzalo Martín, tras la entrega de la Medalla Pro Ecclesia Malacitana Publicado: 22/12/2022: 9648 Entrevista Maura Therese Kinahan nació en Irlanda pero se trasladó a Málaga, la que ya es su segunda patria, a mediados de los años 70. Comenzó a participar en la parroquia echando una mano en las misas en inglés. Acaba de recibir la Medalla Pro Ecclesia Malacitana concedida por el Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, «por su gran generosidad y por su entrega dedicada a la parroquia del Carmen, en Benalmádena». ¿Cómo recibió la noticia? Nuestro párroco, D. Gonzalo, lo anunció durante la celebración de mi 80 cumpleaños, el pasado mes de noviembre y yo me quedé sin habla pues pensaba “pero, ¿qué he hecho sino cumplir con mi deber como cristiana?”. Desde ese día hasta el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, día en que ma hizo entrega el párroco de la Medalla (en nombre del Sr. Obispo), he estado en una nube. Muy agradecida. Fue una mañana inolvidable, extraordinaria. Por su acento yo diría que no nació usted en Málaga, aunque veo que la tiene ya en su corazón. Efectivamente. Málaga es mi segunda patria y hasta tengo ya un nicho en el columbario de la parroquia para quedarme aquí. Vine a Málaga en el año 59, por primera vez, con unas amigas españolas de Ronda que estudiaban en el mismo internado que yo, en Irlanda. Me invitaron a pasar el verano aquí y yo las invité a pasar la Semana Santa y la Navidad en mi casa. Después volví en varias ocasiones, mientras concluía mi formación en Secretariado Internacional y, a mediados de los años 70, me quedé aquí, donde también viven ya mi hija y mi nieto, dos auténticos “boquerones”. ¿Cuándo entró a formar parte de esta comunidad parroquial que tanto la quiere? Empecé con D. Antonio Martín, que en paz descanse, y después he continuado con todos los párrocos, en las distintas sedes que ha tenido la parroquia hasta que se construyó el nuevo templo en 2003. Comencé integrándome en los grupos de catequesis y ayudando en las misas en inglés. Y estoy convencida de que hace falta que los curas jóvenes se preparen bien en idiomas porque son muchos los extranjeros que viven en esta costa y que se acercan a la parroquia si se ven acogidos, también por el idioma. ¿Qué es para usted lo más importante de su parroquia? Para mí, lo más importante es poder ser ministra extraordinaria de la Eucaristía, servicio para el que me preparó D. Manuel Torres, que en paz descanse. Eso es lo más importante para mí de todas las ayudas que pueda prestar en la parroquia. Su ayuda en las misas en inglés ha sido también muy importante. La propuesta de D. Antonio empezó siendo leer una lectura en inglés y otra en español y hacer las peticiones turnando los dos idiomas. En el templo parroquial tenemos una pantalla en la que se va proyectando la traducción de la lectura en inglés, cuando se lee en español, y viceversa; y así los extranjeros están muy agradecidos por la atención que se les presta. ¿Cuál es su acción de gracias a Dios? En primer lugar, el estar viva a los 80 años y tener buena salud para poder seguir ayudando a otros. También le doy las gracias por mis padres y por la familia en la que he crecido y la que he formado después, y por todas las amistades que he hecho en la parroquia, empezando por el actual párroco, D. Gonzalo, que es un sacerdote muy humano y ayuda mucho a la gente a acercarse a la Iglesia. Tiene un don para atraer a la gente. He de reconocer que disfruto en la parroquia, me lo paso en grande y me encanta estar aquí, ayudando en lo que puedo. Y le pido a Dios que me guarde muchos años para poder seguir sirviendo.