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Confirmaciones en la parroquia de San Pedro Apóstol (Cártama)

Publicado: 17/06/2012: 2515

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la confirmaciones en la parroquia de San Pedro Apóstol (Cártama) el 17 de junio de 2012.

CONFIRMACIONES EN LA PARROQUIA

DE SAN PEDRO APÓSTOL

(Cártama, 17 junio 2012)

Lecturas: Ez 17, 22-24; Sal 91; 2 Co 5, 6-10; Mc 4, 26-34.

(Domingo Tiempo Ordinario XI - B)

1.- Queridos hermanos, el Señor quiere hoy trasformar esta parroquia de San Pedro y hacerla más floreciente. En el texto del Evangelio, Jesús ha presentado dos parábolas, una parábola es como una comparación, por tanto, nos ha hablado a través de dos comparaciones. Además, están en relación con el ambiente de Cártama, que es en gran parte rural, donde tenéis la experiencia del cuidado de los árboles y de las plantas.

Primera comparación. ¿A qué ha comparado Jesús el Reino de los Cielos? El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que coge una semilla y la planta. Y una vez plantada la semilla, ¿qué ocurre? El hombre se va a dormir (Cf. Mc 4, 26-27). ¿El hombre está allí tirando hacia arriba para que crezca la planta? (Respuesta de los confirmandos: no). Entonces, ¿cómo crece la semilla? (Respuesta de un confirmando: se le echa agua y se le riega). Y, el poder y la fuerza que tiene dentro la semilla es la que le hace crecer. Y, ¿qué hace el labrador? ¿Simplemente la sembró, se fue a dormir, se olvidó de ella y la dejó ir creciendo? No, para que creciera bien tuvo que estar atento a ella, regándola y podándola siempre que fuera necesario. Así es pues el Reino de los Cielos es, semejante a ese hombre que siembra una semilla y la protege día tras día.

¿Qué es lo que hace Dios en esa comparación? ¿Cuál es su tarea? ¿Qué tiene que ver Dios con las plantas? ¿Quién hace crecer las plantas y salir el Sol? ¿O estáis vosotros allí y le dais a un botón para que salga el Sol? ¿O sois vosotros los que forzáis a la planta para que se desarrolle y crezca? ¿Quién hace crecer las plantas? (Respuesta de los confirmandos: Dios). Efectivamente, Dios, porque Dios lo ha creado todo: el sol, la luna, las estrellas, la Tierra, las plantas, los animales y al hombre. Dios es el que cuida de nosotros porque nos ama y hace crecer la naturaleza para nuestro servicio.

Y, ¿qué hace el hombre? El hombre tiene que contemplar la obra maravillosa que Dios ha hecho de la Creación, tiene que cuidarla, respetarla, pues destrozar la naturaleza es destrozar la vida humana.

El hombre ha sido puesto al frente de la Naturaleza por Dios y le ha dicho: “Cuida de todo esto que te he regalado”. Y si nos descuidamos vamos a estropear el hábitat que el Señor nos ha concedido. Si no estamos atentos, seríamos capaces de talar todos los árboles de la Tierra y, ¿qué pasaría? No tendríamos oxígeno. Y si ensuciamos todos los ríos, ¿qué ocurriría? No contaríamos con agua para beber. Es por tanto necesario agradecer a Dios la Creación, respetarla y cuidarla.

Esa misma actitud debemos tenerla igualmente con la vida de la Iglesia; ella también se parece a una pequeña planta sembrada por el Señor. En sus inicios fue un pequeño grupo de personas encabezadas por San Pedro; hoy, ya somos millones, pero sigue al frente, Pedro, en la figura de su sucesor, el Papa.

2.- La segunda comparación, ¿cuál era? El Reino de los Cielos se parece también a un grano de… (Respuesta de un confirmando: un grano de mostaza). La mostaza es algo que utilizan vuestras madres en la cocina. Es una semilla pequeñísima, no sé si la habéis visto, es muy pequeña, muy pequeña y cuando se siembra, pasado el tiempo, se convierte en un arbusto grande, capaz de acoger un nido en sus ramas. Al igual que el Reino de los Cielos, la Iglesia se parece a ese pequeño grano de mostaza, comenzó siendo muy pequeña pero que ha conseguido expandirse por todo el mundo.

Y todo esto, ¿qué tiene que ver con vuestra confirmación? Estas dos comparaciones que hace el Señor, ¿qué tienen que ver con el sacramento de la confirmación que hoy vais a recibir? ¿Qué tienen que ver con el Espíritu Santo? ¿Qué es el Espíritu Santo para vosotros? (Respuesta de un confirmando: la fuerza que Jesús nos da). Muy bien, esa fuerza que da a la planta para que crezca desde dentro. Si uno no tiene el Espíritu es como la planta que no tiene agua, es como el árbol que no puede absorber los alimentos de la tierra (los nitratos, los fosfatos, los carbonos, los calcios). El Espíritu es esa fuerza que hace crecer la planta desde dentro.

3.- Hoy vais a recibir el don del Espíritu Santo que sería como esa savia, que recorre las vetas de la planta o como el agua que la hace crecer.

¿Sabéis por qué se compara al Espíritu Santo con el agua? Cuando cualquier ser de la naturaleza (planta, persona o animal) toma agua, ¿qué ocurre? ¿Adquiere la forma del agua o es al revés? A ver, si vosotros bebéis un vaso de agua, ¿os convertís en un vaso?, (Respuesta de un confirmando: no) ¿Del vaso a dónde pasa el agua? a vuestro… (Respuesta de un confirmando: a nuestro cuerpo). El agua recorre todo vuestro cuerpo hasta llegar hasta la célula más pequeña. Eso es pura energía.

Cuando vosotros coméis, ¿qué pasa? ¿Ese alimento quién lo absorbe? (Respuesta de un confirmando: nuestro cuerpo). Cuando comemos el Cuerpo y la Sangre de Cristo eso es el alimento que por dentro nos alimenta, nos nutre. Cuando recibáis ahora el Espíritu será como esa fuerza, esa agua que por dentro os irá haciendo crecer.

4.- ¿Estáis dispuestos a crecer según la imagen de Jesús? ¿Cuántos son los confirmandos D. Luis? (Respuesta del párroco, D. Luis: 171) Aquí ahora hay 171 plantitas, cada uno de vosotros sois una plantita. Cuando nos bautizan, la Iglesia nos llama “nuevas plantitas”, “neófitos”. Vosotros estáis bautizados desde hace tiempo, por tanto, ya sois plantas fuertes. ¿Es lo mismo crecer rectos que torcidos? ¿A vosotros os gustaría crecer torcidos y un día caeros? o ¿crecer rectos y abriros armónicamente para después dar fruto? (Respuesta de los confirmandos: crecer rectos). Pues para eso sirve el Espíritu Santo, para que vuestra vida no se desvíe y no caiga. El Espíritu Santo os ayudará a no ir por otros derroteros que no tocan, os guiará por el camino que lleva a Cristo.

¿Queréis ser imágenes de Jesús? (Respuesta de los confirmandos: ¡sí!). Pues hoy, más que nunca, tenéis que abrir el corazón para que se llene de la fuerza y del don del Espíritu Santo.

5.- A continuación, renovaréis las promesas bautismales; la confirmación perfecciona el bautismo y confirma la gracia bautismal. No es una simple confirmación subjetiva de la fe: “Ahora que ya soy mayor confirmo mi fe”. Eso no es la confirmación, eso también se puede hacer fuera de la confirmación. La confirmación es un regalo del Espíritu, un don que reafirma la fe recibida anteriormente en el bautismo de una manera más plena y perfecta. Por eso también os haremos la unción en la frente, la unción crismal, como ya se os hizo en el bautismo.

Entonces vamos a renovar las promesas bautismales, cuando os pregunte, decid primero: “Sí”, y luego contestaréis en primera persona del singular del verbo que os haya preguntado, no en plural. Si digo: “¿Renunciáis a…?”. Respondéis: “Sí, renuncio”. Y si digo: “¿Creéis en…?”. Decid: “Sí, creo”. Ahora, poneos de pie y continuamos la celebración.

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