La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que lleva 70 años trabajando por los cristianos que sufren persecución por su fe, celebra esta iniciativa y afirma que, «es un paso importante para que en el futuro se escuche más la voz de los cristianos perseguidos y estamos muy satisfechos. Lo esperábamos desde hacía mucho tiempo».

Con este motivo rescatamos la entrevista al subdirector de la Fundación en España, Carlos Carazo, a su paso por Málaga para impartir una conferencia sobre la realidad de la persecución religiosa en Siria. Desde hace menos de un año Málaga cuenta con una delegación de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, que tiene su sede en la parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri, de la capital.

«De cada cuatro personas en el mundo que sufren persecución, tres son cristianas. El 61% de la población mundial vive en países donde no se respeta la libertad religiosa». Son algunos de los datos que se extraen del Informe sobre Libertad Religiosa que publica su Fundación.


Así es. Es el único informe realizado por una entidad católica, en el que se contemplan todos los países del mundo y todas las religiones. Los datos ponen de manifiesto, a nivel global, un empeoramiento en la libertad religiosa en el mundo, con el agravante de China y la India. Por otro lado, también tenemos que destacar las buenas noticias que nos llegan de Irak y Siria, en los que la libertad religiosa está mejorando, gracias al proceso de paz que están viviendo. También somos conscientes del aumento de atentados, agresiones y profanaciones de iglesias en Europa.

¿Cuál es la misión de Ayuda a la Iglesia Necesitada?


Nuestro primer objetivo es el de informar de las situaciones de discriminación y persecución religiosa, pues la libertad religiosa es un derecho fundamental que no es reconocido ni respetado en muchos países del mundo. En segundo lugar, invitamos a la oración con diversas vigilias, en las que presentamos testimonios de personas que han vivido ese drama en sus países, para que nos muevan a la oración. Y el tercer pilar es la caridad, pues sostener estas iglesias locales que sufren necesidad o persecución, requiere de unos recursos. En España, ya son casi 20.000 benefactores los que hacen posible que más de 150 países puedan poner en marcha proyectos de evangelización.

La delegación de la Málaga comenzó su vida hace unos meses, ¿qué labor se realiza desde las distintas ciudades?


En Málaga, tenemos benefactores desde hace muchos años y el pasado mes de octubre iniciamos el recorrido de la nueva delegación. Se trata de que, en comunión con la diócesis, comenzando por su obispo (con quienes siempre hablamos antes), desarrollemos actividades, exposiciones fotográficas, vigilias de oración, conferencias, testimonios… para dar a conocer esta realidad de los cristianos que sufren necesidad o persecución.
 

¿Cómo nos llevan a la acción estos testimonios?


Nos hacen salir de nuestra comodidad y de nuestras preocupaciones. Nos hace conscientes de que el pulmón de la Iglesia está en la que sufre, que es la que sostiene al resto de la Iglesia Universal. A veces buscamos la Misa que mejor se adapta a nuestro horario o en la que el coro canta mejor; cuando vemos a estas comunidades de cristianos que se juegan la vida por celebrar la Eucaristía o, los de Sri Lanka que, a pesar de lo ocurrido siguen celebrándola, nos planteamos ¿cuántos de nosotros iríamos a Misa si hubiéramos vivido lo mismo? Los cristianos perseguidos son los mártires del siglo XXI.