CELEBRACIÓN MATRIMONIAL

DE PABLO CATALÁ Y ELISA NOVI

(Parroquia de San Andrés-Valencia, 12 mayo 2012)

Lecturas: Tb 8, 4-7; Sal 87; 1 Pe 3, 1-9; Mt 7, 21.24-29.

1.- En esta celebración, en la que Elisa y Pablo vais a contraer santo matrimonio, hemos escuchado unas lecturas que nos pueden ayudar a entender mejor lo que hoy vais hacer.

La primera lectura del libro de Tobías es una historia que narra lo que sucedió en la noche de boda entre Tobías y Sara. Ambos se animan a ponerse delante de Dios ya rezar. El contenido de esa plegaria fundamentalmente es una bendición; es decir, una alabanza a Dios: «¡Bendito seas tú, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos! Bendígante los cielos, y tu creación entera, por los siglos todos» (Tb 8, 5). En esta oración alaban a Dios por la creación y piden que la gracia del Señor les acompañe hasta el final de sus días.

Si ellos hubieran conocido la oración del Padrenuestro, si esta escena se hubiera realizado después de la venida de Cristo, de su muerte y resurrección, con toda probabilidad hubieran utilizado la oración del Padrenuestro; porque el esquema, más sencillo, es el que ellos hacen en la oración antiguo-testamentaria. Se empezaría igual: «Padre nuestro del cielo, bendito seas, santificado sea tu nombre». Y se le pediría las siete peticiones que están en el Padrenuestro, de alabanza a Dios, de agradecimiento y también de fuerzas para vivir la nueva vida.

Sara y Tobías piden fidelidad al Señor y mutuamente entre ellos hasta el final de sus días. Vosotros en el Padrenuestro, más bien, pediríais fidelidad a Dios y el uno al otro hasta la eternidad. No sólo hasta el final de los días o hasta un tiempo determinado, sino hasta la eternidad.

Me permito haceros una sugerencia. Igual que Tobías y Sara rezaron en la noche de bodas esa oración, –no conocían el Padrenuestro– os invito a que todos los días de vuestra vida recéis juntos el Padrenuestro; y no solo el día vuestra boda. Buscad el momento mejor, el de mayor serenidad y paz; esa será la base de vuestra vida.

Si hacéis en común la Liturgia de las Horas o el rezo de los Laudes o las Vísperas o cualquier hora litúrgica, ahí hay siempre un Padrenuestro. Pero si no lo hacéis, buscad el momento oportuno para que la unión con Cristo os mantenga en la alegría, en la entrega y en la fidelidad. Es una sugerencia que podéis tomarla en serio.

2.- En la lectura segunda el apóstol san Pedro dice a las mujeres, –te dice a ti, Elisa–: que ames a tu marido, que le seas sumisa, que le obedezcas (cf. 1 Pe 3, 1-2).

En nuestra sociedad no está defendido por las feministas; más bien defienden lo contrario; ellas dicen que la mujer no tiene porqué obedecer a su marido; la mujer es libre y autónoma; por tanto, ella debe hacer lo que le da la gana. Por eso se piensa que el cristiano es retrógrado, carca y antiguo.

Pero el texto bíblico dice mucho más: lo que le pide a la mujer se lo pide también al marido. Vosotros, maridos, debéis tratar a la mujer de igual a igual, respetando la misma dignidad; amándola os amáis a vosotros (cf. 1 Pe 3, 7). Este texto bíblico no tiene nada que ver con el feminismo; no se puede leer desde esa perspectiva reductiva e ideologizada.

San Pedro dice a ambos, mujer y marido: «Tened todos unos mismos sentimientos» (1 Pe 3, 8); los sentimientos a los que se refiere son los de Cristo (cf. Flp. 2, 5). Sois iguales en dignidad. Fundad vuestro matrimonio sobre el fundamento de la roca firme, que es Jesús, la piedra angular (cf. Mt 21, 42). Jesús, siendo Dios se hizo pobre, entregó su vida, murió en la cruz, se despojó de su rango y el Señor lo exaltó (cf. Flp. 2, 6-9). Fundad vuestra familia en Cristo.

3.- Tanto la esposa como el esposo, como fieles cristianos, sois miembros de la Iglesia, única esposa de Cristo. San Pablo toma esa imagen para hablar de la Iglesia como esposa de Cristo; es, por tanto, una metáfora. La esposa de Cristo, la Iglesia y todos sus miembros, han de vivir de acuerdo con el esposo Cristo, que es la cabeza. Ese es el símil que toma Pablo.

La realidad ontológica y teológica del matrimonio es que, tanto uno como otra, sois miembros de la esposa de Cristo y tenéis que intentar plasmar en vuestra vida el amor que Cristo tiene la Iglesia. El amor mutuo que os tengáis debe estar basado en el amor de Dios, en el amor de Cristo a su Iglesia.

4.- Ahora voy a usar la lengua italiana, en atención a quienes han venido de Italia.

Mi rivolgo ora a voi tutti che parlate la lingua italiana. Avete capito abbastanza bene quello che è stato commentato sulle prime due letture, che sono state lette in italiano. Faciamo un commento al Vangelo in italiano.

Il Signore ci invita a prendere le sue parole sul serio; e per spiegarlo usa una metafora: Ci sono due tipi di uomini. Un uomo avveduto e saggio ha uno stile; un uomo stolto, invece, ha un altro stile. Adesso si può fare una domanda: "Dove vi trovate voi?".

Per l’immagine dell'uomo avveduto si usano tre elementi della natura: primo, la pioggia; secondo, il vento; terzo il torrente d’acqua.

L'uomo avveduto e saggio costruisce una casa fondata sulla roccia. Quando cade la pioggia, quando soffiano forti i venti, quando viene un’alluvione che può portare via tutto, quella casa rimane ferma, non cade perché fondata su Cristo che è la roccia.

5.- Vorrei sviluppare queste tre immagini: La pioggia quando cade, viene mescolata con sabbia del deserto, con terra e le macchine vengono tutte sporcate; può essere anche una pioggia di tipo acido che corrompe le piante y fa molto male. Attenzione a questo tipo di pioggia che, se cadrà, non vi intacchi, non vi corrompa, ne distrugga. Dovete avere la protezione che è la protezione del Signore. L'uomo saggio sa difendersi da questi tipi di pioggia; sono maniere di comportarsi, sono atteggiamenti acidi che corrompono e bisogna mettere una protezione al matrimonio e all'amore, perché non venga spento.

Nel caso dei venti, possono venire da tante parti ed essere venti di moda; adesso ci sono tanti venti di moda sul matrimonio che vengono chiamati matrimonio, ma in realtà non sono matrimonio. Il termine “matri-monio” (mater-munus) indica “il dono de la maternità”, “la missione de la maternità” fatta in maniera naturale. Questo dono non può avvenire da due uomini o da due donne, come pretende la nostra società; si tratta di un vento maligno, che circola e noi non possiamo accettarlo come buono e normale. Ci sono tanti venti cattivi di dottrina, tanti venti d’ideologie, che non corrispondono alla verità della vita cristiana, alla rivelazione de Dio, al matrimonio cattolico. Attenti a questi venti, che a volte soffiano forte e possono spalancare porte e mettersi dentro casa.

            Il terzo elemento della natura è l'acqua, che non viene dall'alto, ma dal basso; viene dal di sotto, va con molta forza e distrugge tutto quanto trova al suo passo. Una quantità enorme d'acqua, se non viene canalizzata, rompe tutto. Bisogna canalizzare le forze e bisogna stare attenti a certe correnti di pensiero, che possono distruggere il vostro matrimonio, la vostra vita, il vostro amore. L'uomo avveduto è quello che fonda la sua vita in Cristo. L'uomo stolto è quello che si lascia portare dalle piogge, dai venti, dai torrenti d’acqua. Scegliete!

6.- Adesso bisogna fare un buon discernimento e risulta difficile scoprire dove si trova la verità, perché le opinioni vengo mascherate e producono inganno.

Bene, chiudiamo il discoro e proseguiamo la celebrazione. Adesso siete voi i protagonisti della vostra vita e del vostro matrimonio.

Vi sposate voi. Sapete cosa significa sposare? Mettere le manette. Vi sposate liberamente, vi unite perché volete farlo; si tratta d’una vita in comune. E' bella questa descrizioni del matrimonio come azione di “sposarsi” con tutti i significati che ha.

            Por último, termino con unas palabras en valenciano. Aquest fi de setmana es la festa de la Mare de Déu dels Desemparats, gran festa a Valencia. Li demanem a la Mare de Déu que vos protegeixca y que vos acompanye en tota la vostra vida. Amén.