NoticiaPapa Francisco Una mano tendida a los ancianos y excluidos Publicado: 13/11/2020: 12984 VICARÍA PARA LA ACCIÓN CARITATIVA Y SOCIAL El papa Francisco nos convoca a celebrar el domingo 15 de noviembre la Jornada Mundial de los Pobres, bajo el lema “Tiende tu mano al pobre”. Desde la Vicaría para la Acción Caritativa y Social recogen la invitación y ofrecen varios testimonios de manos tendidas en la Diócesis de Málaga. Hoy tomamos de la mano al Buen Samaritano y a Cottolengo. «Tender la mano es un signo: un signo que recuerda inmediatamente la proximidad, la solidaridad, el amor. En estos meses, en los que el mundo entero ha estado como abrumado por un virus que ha traído dolor y muerte, desaliento y desconcierto, ¡cuántas manos tendidas hemos podido ver! (…) La mano tendida de hombres y mujeres que trabajan para proporcionar servicios esenciales y seguridad. Y otras manos tendidas que podríamos describir hasta componer una letanía de buenas obras. Todas estas manos han desafiado el contagio y el miedo para dar apoyo y consuelo», afirma el papa Francisco en su Mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres. Estas palabras se hacen vida en el testimonio de Patricio Fuentes, director del Buen Samaritano y de la Casa del Sagrado Corazón, el Cottolengo de Málaga. Buen Samaritano «En esta Jornada Mundial de los Pobres es especialmente pertinente recordar a las personas mayores, sobre todo porque viene marcada por la pandemia, por la vivencia del coronavirus que ha tenido consecuencias dramáticas con las personas mayores y que ha hecho que se desvele cómo nuestra sociedad no los estaba atendido correctamente», afirma Patricio Fuentes, y recuerda que «se han vivido situaciones de soledad, de enfermedad grave, han fallecido personas sin haberse podido despedir de sus familiares más queridos… todo esto lo han vivido las personas más mayores y lo han sufrido de una forma muy especial». Pero, ¿cuál es la mayor pobreza que viven nuestros mayores? En palabras de Patricio Fuentes, «la mayor pobreza que probablemente viven las personas mayores del Buen Samaritano quizás sea la sensación de vulnerabilidad que va acompañada no sólo a los muchos años y a la presencia de situaciones de demencia como el alzheimer, sino también a la vulnerabilidad que se ha vivido en estos tiempos cuando han estado viendo en los medios de comunicación cómo morían tantas personas mayores, precisamente en residencias; esto ha hecho que la sensación de miedo y vulnerabilidad haya sido mucho más intensa y a flor de piel». Pero siempre hay signos de esperanza en medio del dolor y, en Buen Samaritano, «a pesar de esa situación de vulnerabilidad y miedo, de no poder ver a sus propias familias, de la carencia afectiva… a pesar de todo ello, hemos encontrado preciosos testimonios de esperanza y de entrega generosa que nos han dado grandes lecciones». Cottolengo Patricio Fuentes también dirige la Casa del Sagrado Corazón, conocida en Málaga como Cottolengo, «en esta casa tan bonita donde están las personas que no tienen cabida en ningún otro lugar, además de la vulnerabilidad, viven esa sensación de no ser queridos en ningún sitio en esta sociedad y en este momento, por eso están en Cottolego. Cuando les han dicho que no hay lugar para ellos en ningún recurso, cuando ven que no dan el perfil, como se suele decir en los centros de acción social, la Iglesia les abre las puertas, la casa de Dios les dice: “aquí hay sitio para ti, eres una criatura importante, eres una persona a la que queremos y tienes una oportunidad para ser feliz, porque la vida nos la ha dado Dios para ser felices”. Esa pobreza de sentir que en ningún sitio te quieren, o que en ningún sitio eres valorado, es la principal cuando llegan a las puertas de Cottolengo. Una vez que están allí y las personas se sienten queridas, es verdad que se transforman y, por lo tanto, el testimonio de Cottolengo es un testimonio importantísimo para la Iglesia de Málaga, aún más en los tiempos que vivimos».