NoticiaEntrevistas Ignacio Núñez de Castro, SJ: «Mujer y niño no pueden ser nunca objeto de compra» Ignacio Núñez de Castro Publicado: 13/06/2017: 23781 El jesuita Ignacio Núñez de Castro es catedrático emérito de Bioquímica y Biología Molecular y coautor de “Cruzando el puente”, un libro de referencia para el debate bioético. Este debate encuentra ahora un nuevo frente: el de los denominados “vientres de alquiler”. «El deseo de tener un hijo no constituye un derecho. El hijo no es un derecho, es un don» ¿Cuáles son los argumentos del Comité de Bioética en contra de los denominados “vientres de alquiler”? El debate ha saltado a la prensa, una vez filtrado parte del informe del Comité. Al año llegan a España unos mil niños de países en los que está legalizada la gestación por contrato. Todos los argumentos en contra de una legalización se fundamentan en garantizar la dignidad de la mujer y del niño, que nunca pueden ser objeto de venta y compra. Con esta técnica se utiliza, una vez más, el cuerpo de la mujer; el niño queda desprotegido, puesto que según la legislación actual la maternidad subrogada está prohibida en España. Gran parte del feminismo radical está en contra también de la legalización de los “vientres de alquiler”. ¿Qué nos dicen la antropología cristiana y la Iglesia a este respecto? Las parejas hétero u homosexuales recurren a esta técnica para satisfacer el deseo de paternidad y/o maternidad. Un deseo no constituye un derecho. Existe el derecho a fundar una familia, reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10.12.1948, Art. 16). Pero el hijo, no es un derecho sino un don, es el gran don de la vida que Dios nos da. Por otra parte, el hijo nacido sí tiene el derecho a tener un padre y una madre. Cómo biólogo, ¿qué puede decirnos sobre la relación madre gestante-hijo? ¿Se puede obviar este apego? Desde la concepción se establece un diálogo molecular entre la madre y el embrión concebido, incluso antes de su implantación en el útero. El embrión en los primeros estadios del crecimiento va diciendo a la madre que le prepare el primer lugar para anidar en su primera casa, el útero materno. La madre, además de nutrientes, le va enviando señales ectocrinas necesarias para su desarrollo epigenético. Este intercambio molecular tiene lugar a lo largo de toda la gestación. Incluso células del concebido pasan al torrente sanguíneo de la madre; todo ello constituye la base biológica del llamado “síndrome de apego”. Se comprende que se insista a las madres gestantes por contratación, que resistan el apego natural, el cual no se puede obviar; se ha dado el caso de que madres gestantes por contrato se han negado a desprenderse del hijo, con el que han convivido tan estrechamente durante la gestación. ¿Se suele usar el argumento de la compasión para quien no pueda tener hijos?¿Qué podemos decirles? Los argumentos emocionales y no racionales no deben utilizarse nunca para resolver problemas bioéticos. En los debates en torno a los comienzos y fin de la vida humana deben buscarse argumentos serios usando la cabeza y no el corazón. Ciertamente para muchas parejas la frustración de la paternidad es causa de un gran dolor; sin embargo, la adopción, que es una propuesta cristiana, debería facilitarse y hacerse más ágil.