Luis Jiménez, delegado de Misiones de la Diócesis de Málaga, está pendiente de las noticias que llegan por los medios de comunicación sobre el sacerdote toledano enfermo de ébola, el primer español en contraer la enfermedad. Miguel Pajares, de 75 años, se infectó mientras ayudaba a los más pobres en un hospital de Liberia, dos meses antes de volver definitivamente a su país.

El padre Miguel ha sido repatriado en un avión medicalizado junto a la religiosa Jualina Bohi, de origen guineano y pasaporte español, que ha dado negativo en las pruebas que confirman la presencia de la enfermedad en la religiosa. En medio de un gran dispositivo de seguridad, ambos misioneros llegaban a las nueve y media del jueves 7 de agosto al hospital Carlos III de Madrid, que ha sido desalojado para acoger a los dos pacientes.

«Cuando veía por televisión las ambulancias, el avión…¡me parecía tan raro! Porque los misioneros no queremos hacer ruido. Queremos trabajar en el silencio. En el día a día. Junto a la gente sencilla», explica el sacerdote Luis Jiménez, quien recuerda: «Esto del ébola ha aparecido como algo muy escandaloso. Pero muchos misioneros mueren diariamente por enfermedades contagiosas, como la picadura del mosquito que ocasiona la malaria cerebral».

Para el delegado de Misiones de la Diócesis de Málaga, el caso de Miguel Pajares debe hacernos reflexionar sobre la importante, comprometida y silenciosa labor que cientos de religiosos españoles realizan en tierras africanas. «Con este motivo, ha salido a flote algo que para nosotros los misioneros es muy normal. Y es que estamos con los más pobres, estamos en las situaciones más difíciles y estamos en lo que se llama la periferia, donde más se necesita».

1.800 misioneros en África

Luis Jiménez recuerda que el trabajo de los misioneros españoles se extiende actualmente en 115 países del mundo. En África hay 1.800 misioneros, también en los cuatro países donde el ébola está haciendo estragos –Liberia, Guinea Conakry, Sierra Leona y Nigeria. «En Liberia, en este momento, hay medio centenar de misioneros españoles. Y una decena en Guinea Conakry, un país de 20 millones de habitantes», detalla Luis.

El delegado de Misiones quiere subrayar la profunda fe que lleva a los misioneros a trabajar en países de riego: «No estamos allí ni por dinero ni porque nos manden a la fuerza, sino libremente por amor a los más pobres y mandados por el Evangelio. Los misioneros estamos siempre con los más pobres, desfavorecidos y sobre todo con una palabra que me gustaría acentuar: la cercanía».

El delegado de Misiones de la Diócesis de Málaga destaca, además: «El padre Miguel, cuando contrajo el ébola y le preguntaron si merecía la pena, dijo: “Afortunadamente puedo decir que sí, que todo merece la pena”. Pues esto que le está pasando a Miguel nos puede llevar a reflexionar que realmente merece la pena. Que los cristianos demos la vida al servicio de los demás. Y que cada día los misioneros estemos siempre dando testimonio en los sitios donde hay conflictos, en las guerras...»

Oraciones

El padre Luis Jiménez asegura que están elevando sus plegarias al Señor por todos los misioneros, por las personas que viven en los países afectados por el ébola y especialmente ahora por el padre Miguel Pajares. «Pedimos a Dios que, con su gracia y benevolencia, abra al mundo los corazones y podamos ayudar a todas estas personas y darles esperanzas».