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La Fundación Diocesana de Enseñanza pone en marcha el Plan Estratégico

Publicado: 26/06/2013: 995

La Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria, como continuadora de la centenaria obra educativa de la Diócesis de Málaga, asumió la titularidad de los centros docentes que dependieron de los Patronatos “Diocesano de Enseñanza Primaria” (1951), “Mixto o de las Escuelas Rurales” (1954) y de “Santa Rosa de Lima” (1965), adecuándolos al modelo educativo y adaptándolos a requisitos derivados de la configuración autonómica del Estado, según la Constitución Española de 1978.

Más, al tratarse de Centros donde el proceso educativo no es sólo un progreso humano, sino "verdadero itinerario cristiano hacia la perfección", en una síntesis armónica que conjuga la formación humana y la cristiana de la persona, en orden a su fin último y, simultáneamente, al bien común de la sociedad, la Fundación promovió elevar y perfeccionar su oferta educativa de calidad, mediante la implementación de sendos procesos de formación y de mejora continua, fruto de cuales han sido la celebración en los últimos diez años de sendos Congresos educativos, de cuyas conclusiones surge la idea de elaborar un plan estratégico que, valorando lo hasta ahora realizado, propicie planificar los objetivos y líneas estratégicas del devenir de la Fundación para los próximos cinco años. 

Se pretende, pues, iniciar un proceso de reflexión sobre la Fundación, teniendo en cuenta los aspectos humanos, pedagógicos, sociales, tecnológicos, económicos y vivenciales de nuestro entorno, con el objetivo de mejorar el presente y de anticiparse al futuro, mediante el desarrollo de una serie de acciones estratégicas, contando con la participación y el consenso de todos los miembros de la Comunidad educativa, sin exclusión alguna. Compartiendo aprendizajes y experiencias y asumiendo con espíritu reflexivo y equilibrado la adecuada transformación de aquellos ámbitos de actuación que se consideren necesarios, para garantizar su futuro con eficiencia. No se trata de algo novedoso, ya que la planificación, tal y como hoy la conocemos, se inició a mediados del siglo XX, como herramienta de análisis de la economía, de donde pronto se extendió a todos los demás sectores, si bien podemos apreciar que su preocupación en todos los procesos tuvo siempre como denominador común la mejora de la educación, como palanca para promover el cambio social, para conseguir un mundo más justo, humano y sostenible. 

Tampoco podemos pensar que la planificación estratégica sea, por sí misma, una panacea. Su éxito o su fracaso está precisamente en trabajar cuidando tres aspectos esenciales: comunicación, participación y consenso. De tal suerte que el plan estratégico que se pretende se elabore de forma ordenada y proyectada con la participación de todos los miembros de la Comunidad educativa (Patronato, Directivos, Profesores, Padres, Alumnos, Personal de Administración y Servicios, Monitores, colaboradores, etc.), que conduzca a la Fundación por el cauce idóneo para que pueda cumplir fielmente con el objeto peculiar de su institución al servicio de la educación,  actualizando el mandato evangélico de “id y enseñad”.

Autor: Francisco José González Díaz, co-director del Plan

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