En esta Pascua diferente y especial que estamos viviendo, el mensaje de Jesús, renueva y fortalece nuestra esperanza. En el Evangelio de San Juan, la figura de Jesús es presentada con diferentes y bonitas imágenes: Jesús es la luz, es el camino, es el pan de vida...  Y hoy es doble: Jesús es la puerta y el Buen Pastor. Es la puerta, solo Él nos lleva al Padre y nos muestra su amor. No hay otro camino mejor para llegar a Dios. Él nos invita al encuentro, a entrar en relación con “quien sabemos que nos ama”, como escribe Santa Teresa de Jesús. Jesucristo es el único mediador entre Dios y loshombres (cf.1Tm2,5) y por su entrega en la cruz recibimos la salvación.

Es el Buen Pastor (esta imagen que nos llega ya desde el Antiguo Testamento, nos llena de ternura), que conoce a sus ovejas y las llama por su nombre. Él, te conoce, te busca, te llama, te quiere y cuando caes te coge, te pone sobre sus hombros, te abraza y está dispuesto a darlo todo por ti... “Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante” y desde el fondo de tu corazón te vienen a la memoria otras palabras suyas: “No tengáis miedo”... “Yo estoy con vosotros todos los días...” y resuenan en nuestros oídos los versos del salmo 22: “Aunque camine por cañadas oscuras nada temo porque Tú vas conmigo, tu vara y tu cayado me sostienen...”.

Hoy, domingo del Buen Pastor, damos gracias al Señor por todos nuestros pastores, quienes siguiendo al Maestro nos guían hacia Él y pedimos que sean “buenos pastores, según su corazón”.