NoticiaColaboración La Buena Noticia Publicado: 07/08/2018: 14010 No sabía yo bien el alcance de lo que se escribe y se envía a los medios sociales. Hoy reconozco que su extensión, importancia y trascendencia, su influencia en la sociedad, es algo fabuloso, indescriptible. Desde el llamado, con gran acierto, “Cuarto Poder”, la prensa, en sus inicios, hoy las redes sociales se han convertido en el “Quinto Poder”. Ambos son los que informan y forman la opinión pública. Son los capaces de hacer caer un gobierno, crear una revolución, cambiar el destino de la Historia, confundir el bien y el mal. Actúa negativamente cuando busca y publica la noticia, en sí, no la verdad o falsedad de la misma. Desinforma y deforma la opinión de sus lectores. O cuando es esclava de las ideologías y no es independiente. ¡Cuánto bien hace la noticia con total veracidad, sea agradable o no, pero que nos pone al corriente de los sucesos, nos avisa de los peligros, de la bondad, maldad o falsedad de algunas otras noticias! Es valiente, se diría que heroica, la actitud de los directores de los medios sociales que no se dejan llevar por tantas tentaciones y provocaciones de otros medios y personas para atraerlos a su fácil y falsa forma de informar. Hoy tengo que agradecer enormemente haber sido aceptado. He aprendido muchísimo. Los que han leído y comentado y aceptado los artículos han sido una lección preciosa de solidaridad, de sanas críticas, de formación e información, más o menos exactas, pero sinceras y amables. Como las de esos lectores. Esta es una cadena que no sabemos hasta donde llega porque es el mundo entero. Por eso es muy justo y acertado celebrar el “Día Mundial de las Comunicaciones Sociales”. “Una buena noticia” de la que el mundo está ansioso y necesitado como el respirar, es aquella que nos hace más humanos, comprensivos, pacíficos y pacifistas, solidarios, amantes de nuestros hermanos, los hombres, tolerantes, respetuosos, humildes hasta pedir perdón y perdonar, valientes en mantener los buenos principios y valores humanos, abiertos a la trascendencia y lejos del puro materialismo consumista, compasivos y justos con el prójimo necesitado, alegres por la fe y la esperanza en un mundo mejor conseguido por el amor. ¿No suena esto a la mejor “Buena Noticia” que llegó a este mundo revolucionando y cambiando la Historia? Esa buena noticia han intentado manipularla, falsearla, muchos de sus receptores y nuevos mensajeros. Y negarla y rechazarla, otros muchos. Pero ahí está, contra viento y marea, firme mientras el mundo se revuelve y agita y cambia. “Os anuncio una gran alegría” (una buena noticia”: “Os ha nacido un Salvador, el Cristo Señor. Esto tendréis por señal: encontraréis al Niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”. La noticia iba acompañada de un “efecto especial”: junto al ángel mensajero se juntaron un ejército de ángeles que cantaban: “¡Gloria a Dios en las Alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!”. ¡Vaya noticia! ¡Un niño en un pesebre! Esta noticia ya era antigua, setecientos años antes en boca de un profeta: “Una Virgen dará a luz un Niño y le pondrá por nombre Enmanuel que significa Dios con nosotros”. Jesús dice a sus discípulos: “Si me habéis conocido, conoceréis también a mi Padre. Desde ahora le conocéis y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre( Dios) y nos basta. Jesús le dijo: Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me habéis conocido? El que me ha visto a mí ha visto al Padre (Dios). Esa misma pregunta ha atravesado la Historia para todos; cristianos y no cristianos. Tantos siglos y no acabamos de conocerlo. Dios con nosotros. Jesús de Nazaret. Evangelio, en el original griego “euangello”, se traduce por “ buena noticia”. Una noticia alegre,” una gran alegría”. “Vosotros estaréis tristes y el mundo se alegrará, pero de nuevo me veréis y vuestro corazón se alegrará, y nadie será capaz de quitaros vuestra alegría”. Ésa es la alegría de la fe en Jesús; Él es la “buena noticia”. En el “Día Mundial de las Comunicaciones Sociales” esta buena noticia recorre también las redes sociales llenándolas de alegría, de fe, de esperanza y de amor. Antonio Serrano