NoticiaMisión diocesana Tres décadas derramando misericordia El sacerdote malagueño Manuel Lozano bautiza a un niño en el Caserío de Los Asientos en Caicara del Orinoco · Autor: MISIÓN DIOCESANA Publicado: 04/05/2016: 10642 La Diócesis de Málaga cumple 30 años de compromiso con la archidiócesis de Ciudad Bolívar (Venezuela) para sostener la Misión Diocesana de Caicara del Orinoco. Los misioneros malagueños en aquellas tierras relatan el cambio social que ha supuesto la labor de evangelización y promoción humana realizada por la Iglesia en este tiempo. Manuel Lozano lleva 22 años llevando la Palabra de Dios y prestando su servicio en Caicara del Orinoco, donde ha podido realizar numerosos proyectos para mejorar la situación de este pueblo. Para él, los frutos de este trabajo son hoy evidentes: «Si me dicen cuando llegamos que después de unos años iba a ver lo que estoy viendo, aunque soy hombre de fe, me hubiera costado creerlo». La Misión Diocesana malagueña lleva desde 1986 prestando su servicio a la población de Caicara del Orinoco, en el oeste del estado de Bolívar (Venezuela). «Un pueblo alegre, joven, sociable y cariñoso», como lo define el sacerdote Manuel Lozano. Para Manuel, ser misionero es «conocer a Cristo, vivir en Él y darlo a conocer con obras de misericordia y el testimonio de vida. El mejor misionero y cristiano es el que se configura más con Cristo y lo transparenta». Luis Jiménez Fernández, delegado de misiones de la Diócesis de Málaga, estuvo de visita en Caicara de Orinoco y pudo apreciar la hospitalidad y acogida de la gente de allí. También destacó el deseo de aquella gente de conocer a Jesús y el hambre de Dios: «Es la misión del intercambio: damos y recibimos a la vez». El Padre Manuel decidió irse de forma voluntaria: «Sentí la llamada a evangelizar en otras tierras y a cooperar con otra Iglesia más necesitada». Cada día allí es muy diferente. Los sacerdotes son muy polifacéticos, tocan muchas áreas de la pastoral. Además, Manuel añade que nunca se sabe donde vas a desarrollar tu trabajo: «Un día puedes estar en la ciudad de Caicara y otro en una zona rural». Durante este Año de la Misericordia, el arzobispo ha designado varias parroquias para que sean sedes donde obtener la indulgencia jubilar. Entre ellas, Ntra. Sra. de la Luz, en Caicara del Orinoco. «Promovemos todo lo que el papa Francisco nos pide para el año jubilar: practicar las obras de misericordia, y ser como Jesús, reflejo de la misericordia de Papá Dios». Junto a Manuel Lozano, otros dos sacerdotes malagueños sirven en la actualidad esta misión. Los padres Juan de Jesús Báez y Juan Manuel Barreiro. Son muchos los proyectos que han conseguido llevar a cabo desde que llegaron a Caicara y, aunque todavía les queda mucho por hacer, no acaban de creerse todo lo que han logrado en este tiempo. Proyectos de desarrollo Entre los proyectos de desarrollo que se han podido llevar a cabo, destaca la Escuela Madre del Amor Doloroso, en cuyo sostenimiento colabora la Archicofradía Sacramental de Pasión. Manuel Lozano fue uno de los que llevó la iniciativa. Actualmente, cumple su labor de apoyar el trabajo de las docentes y prestarles apoyo espiritual. También destaca “Camino de sueños”, una iniciativa que surgió en 2010 de la mano del sacerdote Juan de Jesús Báez, párroco de Santa Rosalía y otro de los sacerdotes malagueños que está en misión. En esta escuela se atiende a niños con necesidades especiales (síndrome de Down, autistas...) que viven en el centro de Santa Rosalía y Caicara el Orinoco. «Esta escuela se está manteniendo, a base de donativos, con mucho sacrificio, pero la situación es muy grave en el país». El delegado de Misiones, Luis Jiménez, que ha conocido este proyecto, afirma que «merece la pena que además del anuncio, demos este testimonio de una Iglesia con las puertas abiertas a los más necesitados de ayuda y de cariño. Es la misión del anuncio y del testimonio». Además, para intentar paliar el hambre, a través de Cáritas de la parroquia de Santa Rosalía se pusieron en marcha huertas destinadas al cultivo. Su idea es dar micro-créditos a familias campesinas para que puedan adquirir semillas y herramientas para sembrar. A cambio, tendrán que dar un 10% de la cosecha a Cáritas parroquial para los más necesitados y el Seminario. A finales de mayo quieren poner en marcha un consultorio médico para personas muy necesitadas en los salones parroquiales de Caicara. Este consultorio se comenzó a crear en 2014 a través de la Pastoral Social-Cáritas. También quieren implantar la Escuela de Nuevos Ministerios para Laicos, necesaria para atender la pastoral evangelizadora de esta extensa región; inaugurar un nuevo centro parroquial, y construir salones parroquiales y varias capillas en las zonas rurales. Se trata de llevar a toda la región la palabra de Dios, y poder hacer que el lema de la campaña de este año llegue a todas partes: “Misericordia y alegría, corazón del misionero”. Porque, en palabras de Manuel Lozano, «quien experimenta la misericordia del Señor se llena de felicidad, y considera, como san Pablo, “basura”, todo lo demás, porque lo que le llena es el Señor. Y la alegría es contagiosa, por eso hay que comunicarla y darla a conocer». Soledad Velasco