Madre Teresa  de Calcuta, fundadora de las Misioneras de la Caridad ha sido,  es  y será una mujer ejemplar del siglo XX. Defensora de la dignidad de la persona desde su concepción hasta su muerte,  supo dejarnos el ejemplo, aún en momentos de oscuridad, del amor que a Dios le profesaba, mediante la alegría y el servicio a los demás, a los más pobres de entre los pobres sin distinción de religión, raza, edad  o estado y a todo el que le solicitaba su atención.

Su determinación para  cumplir la voluntad de Dios, dejó en manos de la Providencia, la solución de sus proyectos, y siempre obediente y orante, solicitaba a Dios y a sus superiores o a las autoridades eclesiásticas, la ayuda para que todo fuera como Él deseaba. La pobreza fue su camino, siendo pobre, sirviendo a los más pobres, sería fiel al Señor.    Y el Señor la llamó al comienzo de su Obra, diciéndole: ”Ven, sé mi luz…”, mientras  Madre Teresa decía siempre…  “ que era un lápiz en las manos del Señor”, que no eran unas ayudantes sociales, que” todo lo hacemos por amor a Jesús”, “que debemos amar hasta que duela”, ”saciar la sed de Jesús de Amor y almas”.

Recordemos  en este día, la vida de la Beata Teresa de Calcuta, y concluyamos  como ella finalizaba muchos de sus escritos: Dios os bendiga. Recemos.

Miguel Martínez Galindo

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