NoticiaAdviento Que sea Adviento todo el año Publicado: 24/11/2023: 9195 Adviento Este primer domingo de Adviento, la parroquia de Santiago el Mayor de El Morche abre su despacho parroquial a DiócesisMálaga. Una sala que huele a mar y en la que suenan risas, llantos y palabras de consuelo para tantos migrantes. Un lugar donde «siempre ponemos nuestra esperanza en Dios y en la seguridad de que nunca nos va a abandonar. Porque, como cristianos, intentamos que sea Adviento todo el año», asegura el párroco de la localidad, Miguel Antequera. Para Isabel Palomar, voluntaria de esta Cáritas parroquial desde hace veinte años, es importante «tener siempre presente la esperanza como en este Adviento que comienza». «Aquí respetamos los sueños de los migrantes» Son ya tres años los que lleva Miguel Antequera de párroco en El Morche y Torrox. En cada una de las parroquias cuenta con una Cáritas y como él mismo explica, «estos pueblos tienen una larga historia de migración debido a los invernaderos». Lugares donde la Iglesia es presencia profética en Adviento y todo el año. «Desde que comenzó la guerra de Ucrania –señala Miguel Antequera– han venido muchos de ese país y, posteriormente, de Venezuela, Colombia y, estos, días de Canarias debido a la llegada masiva que están viviendo». A las dificultades de los migrantes, continúa, «se les une la sequía, ya que no tenemos agua ni para beber, por lo que no se está sembrando y, esto hace que mucha gente local que trabaja en los invernaderos no tenga medio de vida y vengan a la parroquia. A veces porque no tienen para pagar la luz y te dicen: “es que no puedo pagar...” y acaban desahogándose y se van con ayuda espiritual, además de la material, cuando está en nuestras manos. Las personas necesitan que llores con ellas. La gente se va reconfortada cuando la escuchas con el corazón». Isabel Palomar lleva diez años de voluntaria en la Cáritas parroquial de la localidad y, entiende que «cuando uno se mete en un cayuco y se juega la vida, las circunstancias que deja atrás deben ser espantosas. Aquí hacemos lo que podemos, sin imponerles nada, siempre respetando sus sueños. Incluso hemos tenido que ayudar a gente a volver a su país. Recuerdo un matrimonio mayor argentino que vino con sus ahorros y con la idea de emprender un negocio para, posteriormente, traer a sus hijos. Finalmente, tuvimos que ayudarlos a comprar los billetes de vuelta porque vieron que su sueño no era posible. Desde Argentina quisieron enviarnos dinero para darnos las gracias, pero les dijimos que la caridad cristiana es que ellos ayuden a los que tienen al lado, que en su país hay mucha necesidad». Aquí «atendemos a muchas nacionalidades diferentes, la mayoría al no tener documentación, vienen con mucho miedo. Además, tenemos muy buena relación con los Servicios Sociales». También, continúa Palomar, «tuvimos el caso de una familia cubana con dos hijos que ayudó a venir a un compatriota que los dejó literalmente en la calle. Pero el camping de la localidad les prestó una caravana donde pasar unos días hasta que, gracias a la “Mesa del Mundo Rural”, pudieron ir a Zamora donde hoy trabajan. Los niños están escolarizados y tienen una vivienda digna. Con que una familia salga a flote, y ya llevamos varias, merece la pena el trabajo. Recuerdo otra familia que vino también desde Argentina, con seis hijos, y aunque al principio necesitaron nuestra ayuda, consiguieron salir adelante, trabajar y hoy tienen un hijo médico anestesista y los demás también están ya situados». A veces, concluye el párroco, «con muy poco puedes hacer mucho bien, como con la ducha de transeúntes, con toallas, gel, productos de afeitado y hasta alguna muda de emergencia, porque una cosa tan básica como una ducha ayuda devolver la dignidad a las personas».