NoticiaEn los Medios Cultura de cancelación Publicado: 14/10/2022: 12087 El Alféizar La cultura de la cancelación designaría un movimiento de fichas que tiene lugar en redes sociales u otros ámbitos virtuales para censurar alguna toma de postura, ideología o comportamientos que, a juicio de terceros, no serían adecuados. No necesariamente estamos ante un delito; aunque en algunas legislaciones coincida con lo que la ley castiga y las reglas de juego de la empresa de turno establecen. En un análisis trasversal, de las normas de uso en redes sociales y plataformas, descubrimos, por ejemplo, que cuestionar el aborto o hablar de delincuencia e inmigración alimenta el discurso de odio; que tratar sobre el sacerdocio o la pro-adopción es contenido sensible; que defender la vida en el seno materno es ofensivo e incitación al acoso y violencia; que abordar la paternidad es discurso que alienta el abuso y el acoso; que hablar de la maternidad o sobre la crucifixión es contenido impactante, violento y sensacionalista. Basta darse una vuelta, de manera rigurosa, por las normas de uso de las plataformas digitales, para descubrir, sin demasiado esfuerzo, que corremos el riesgo de que nos cancelen nuestra cuenta por algunos de los temas referidos u otros como la defensa del sacerdocio masculino. Reflexionar sobre esta nueva censura, vinculada, en parte, a la cultura woke, es muy interesante. Porque, más allá, de que estemos o no de acuerdo con esas categorías y valoraciones morales, supone un control social fortísimo. Ya lo hemos vivido con diferentes culturas e instituciones. Pero ¿debemos soportar a estas alturas del partido que cancelen, dirijan o censuren nuestro pensamiento? ¿Solo debemos dar cabida a una forma determinada de pensar? Eso se llama dictadura. ¿Todo es válido? Eso se llama relativismo. ¿Hasta dónde llegaremos a la hora de que otros decidan por nosotros? Cuidado porque a este ritmo todo será cancelable. Artículo publicado en la sección de OPINIÓN del DIARIO SUR el lunes 10 de octubre de 2022