Miguelina Presencio era feligresa de la parroquia de San Juan Bautista de Coín. Su párroco actual, José Amalio, la recuerda como «una mujer muy vinculada a la parroquia y al pueblo de Coín; una mujer creyente que ha vivido situaciones muy duras en la vida, la más dolorosa, la muerte reciente de uno de sus hijos, su Juan, lo que produjo en ella una profunda tristeza en los pocos meses que ha vivido después».

«Esta mujer valiente y de gran carácter ha fallecido a los 92 años después de rezar mucho por la Iglesia y, de forma especial, por los sacerdotes, por todos no solo por los de Coín, sino por los de todo el mundo», explica José Amalio, quien añade que «siempre tenía detalles y gestos con los curas que hemos pasado por el pueblo, siempre estaba ahí dispuesta a servir. Oraba diariamente por los sacerdotes, se preocupaba por la vida de los sacerdotes... Así que, durante la misa funeral que celebramos en la parroquia, invité a los cuatro sacerdotes que concelebraban a que sacásemos entre todos a hombro a Miguelina de la iglesia como gesto de agradecimiento a todo el amor que desbordó la vida de Miguelina para nosotros. Y así dimos todos gracias a Dios por su entrega».

Miguelina «disfrutaba de su parroquia y era una gran benefactora, con sus pocos bienes y, sobre todo, con su tiempo y con sus argumentos, se podía hablar con ella de todo. Ella aportaba el dinero para comprar las velas del Sagrario, con el deseo de mantener la llama de la fe encendida ante la presencia de Jesús en la Eucaristía. El rezo del Ángelus y del rosario eran una constante en su día a día y se preocupaba, realmente, por todo lo que rodeaba a la parroquia», concluye el párroco.

Y es por todo ello que los curas de Coín recuerdan hoy de forma especial el testimonio de Miguelina, en estos días en que celebramos la Solemnidad de Todos los Santos y el Día de Todos los Difuntos.