NoticiaOración Antonio J. Molina: «Cuando empiezo a pensar, siempre acabo rezando» Antonio Jesús Molina Burgos Publicado: 22/10/2020: 22601 ASÍ REZA... Antonio Jesús Molina Burgos es profesor en el IES Rusadir, en Melilla, desde hace más de 12 años. Es licenciado en Matemáticas y Filosofía, máster en Bioética y máster en Teología. Está casado con Macu y tienen un hijo, Pablo, También es autor de dos obras: “Tareas de Teología” y “Contra el viento”. Antonio recuerda que, cuando era pequeño «me imaginaba en la oración como dos líneas de teléfono, una para la Virgen y otra para el Señor. Las cosas de pequeño. Pero como decía san Pablo, cuando era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño... y yo añadiría, y rezaba como un niño». Con el tiempo, fue evolucionando y comenzó a rezar «escribiendo, y me pasaba las horas escribiendo, incluso hico mis pinitos con la poesía. Después he tendido a una oración más constante durante el día, para la que me han ayudado las canciones de Migueli, Brotes de Olivo, Ixcís, Álvaro Fraile... Ya nos decía santa Teresa de Jesús que Dios está entre los pucheros así que, cuando plancho, doblo la ropa… estas canciones me ayudan a ser más consciente de la realidad del mundo, de Dios y de mí mismo». Para describir su situación actual ante la oración, Antonio recuerda las palabras de Jean Guitton, «nació en 1901 y murió 1999, y fue el único laico que asistió al Vaticano II, invitado porque era un eminencia absoluta. En su último libro escribía: “no puedo rezar sin pensar, cuando empiezo a pensar siempre acabo rezando, pero cuando empiezo por rezar a secas, ya no pienso y me duermo", y eso es lo que me ha pasado en algunas ocasiones, sobre todo cuando rezaba a última hora del día. Algún cura amigo me animaba diciéndome que al menos me había dormido en presencia de Dios, pero yo creo que me lo decía para consolarme. Llevo una época en la que me siento identificado con las palabras de Guitton y comienzo leyendo un texto del que brota la oración. Por ejemplo, hace unos meses leí un texto de Benedicto XVI sobre la paternidad divina y me dio para rezar varios días con él». Hay muchas oraciones que Antonio recuerda con especial cariño, pero entre todas destaca “Tú nos has amado primero”, de Sören Kierkegaard: «Recuerdo con mucho cariño un libro con el que aprendí mucho y que se titulaba “Oración Joven”, de los salesianos. Gracias a él conocí la oración de entrega de Carlos de Foucalud, el soneto anónimo “No me mueve mi Dios para quererte”, la oración de san Francisco de Asís “Instrumento de tu paz”… Pero la que me descolocaba y me tenía en ascuas era “Tú nos has amado primero” del filósofo danés Sören Kierkegaard, porque entendí que el amor que predicamos los cristianos si no viene del amor que nos tiene Dios, o se agota o se convierte en una magnanimidad mal entendida. Esta oración era desafiante para mí y, cuando supe que era filósofo, aún me conectó más. Tú nos has amado primero Tú nos has amado primero, Señor. Nosotros hablamos de Ti como si nos hubieras amado primero una sola vez. Siempre, cada día, Tú nos amas primero. Cuando, cada mañana, me despierto y elevo mi pensamiento hacia Ti, Tú eres el primero, Tú me amas primero. Si me levanto al alba e inmediatamente elevo a Ti mi corazón y mi plegaria, Tú te me adelantas, Tú me has amado ya antes. Y siempre así. Y nosotros, desagradecidos, hablamos como si Tú nos hubieras amado antes una sola vez. Sören Kierkegaard Entrevista a corazón abierto “Tareas de Teología” es el nombre de una de sus obras, ¿qué podemos encontrar tras ese título tan sugerente? El título es un guiño al máster que hice en Teología con el Instituto Teológico Franciscano de Murcia, que está asociado a la Universidad Pública de Murcia. Cada trabajo que nos encomendaban lo llamaban "tarea", y "tarea" me retrotraía al cole, al instituto, me resultaba una palabra muy entrañable. Y entonces decidí recuperar la mayoría de los trabajos que hice excepto algunos muy técnicos, y darle ese nombre. Muy buena idea acercar la Teología a los lectores. Pero antes de esta obra publicó “Contra el viento”, ¿cómo nos la presenta? Pues no como una lucha contra todo y contra todos, sino como una recopilación de artículos periodísticos que escribía semanalmente en un periódico de la Ciudad Autónoma, "El Faro de Melilla", desde noviembre de 2015 hasta noviembre de 2016. Al principio escribía sobre la actualidad, sobre asuntos contemporáneos y me di cuenta de que mi madre (que es una santa) cuando se los enviaba los domingos, los copiaba y los guardaba en una libreta y pensé: si ella los guarda, yo lo voy a hacer también. Entonces comencé a escribir sobre lo que de verdad me interesa y así enganchaba la actualidad con los temas de fondo que me interesan: la ética, la filosofía, la educación, la religión... Y, al final el libro fue evolucionando de artículos breves sobre la actualidad, casi periodísticos, a artículos de profundidad en los que hablaba de cosas que a me llegan a lo más profundo. Podría decir, en cierto modo, que es casi autobiográfico. "Contra el viento" es el título que persigue luchar contra la idea de que las palabras se las lleva el viento pues, como mi madre recopilaba los artículos y los copiaba en una libretilla, para que no se perdieran en el tiempo. ¿Cómo surgió en usted ese deseo por la escritura? Soy de los que piensan que las personas somos, en gran parte, seres biográficos, y lo que nos ha pasado nos condiciona cómo pensamos, rezamos, hablamos, creemos... Y recuerdo que hace muchísimos años, puede ser en el año 93 ó 94, siendo alumno de Bachillerato del Instituto de Huelin, gané el segundo premio de poesía. Nunca he sido un poeta, pero el profesor de lengua nos motivó y me lancé, y el motivo de la concesión de mi premio fue: «por el aprovechamiento y la recreación de lecturas hechas en clase"». Y eso es lo que intento hacer en mis obras. Más que escritor me considero lector, pero de los que discuten con los libros y los confronto con mi vida. Voy acumulando esas experiencias y después, cuando Dios quiere y viene la oportunidad, viene la obra. ¿Es importante que los cristianos nos formemos, que leamos y nos preparemos? Absolutamente. Uno de los últimos libros que he leído es una recopilación de artículos del teólogo Olegario González de Cardedal que escribió en El País y en ABC durante 10 años. Entre los muchos argumentos que presenta, me llama la atención sobre cómo la razón y la fe se complementan y se iluminan. Puedes estar estudiando algo y encontrar algo que te ilumine, que te ayude en tu fe, o puedes estar rezando y darte cuenta de que eso que estás rezando lo puedes escribir, o a lo mejor lo has leído en algún lado y puedes ayudar con ello a alguien. ¿Cómo vive la fe Antonio Molina y su familia en Melilla? Recuerdo momentos de oración muy intensa cuando tenía 20 ó 25 años, que después he ido completando con una actitud de oración durante todo el día. En Melilla oímos desde casa las campanas de la capilla del colegio donde llevamos a nuestro hijo, y también oímos la llamada al rezo desde la mezquita y eso me ayuda a tener presente a Dios en todos los momentos de mi vida. Para nosotros es todo un desafío. Nos recuerda al beato Carlos de Foucauld y otros grandes santos que han vivido en países con muchas culturas y de ellos aprendemos a vivirlo como una oportunidad enriquecedora.