NoticiaNavidad María Hijón: «Los niños judíos y árabes gozan con los Reyes Magos» Publicado: 03/01/2020: 16795 Al quedar viuda, María Hijón decidió cumplir en solitario el sueño que habían tenido ella y su marido: ser misioneros. Tras ponerse a disposición de la Iglesia, esta feligresa de la parroquia malagueña de San Patricio fue enviada a Tierra Santa, al centro de formación, estudios y retiros Domus Galilaeae. Con la ilusión de una niña nos cuenta, a sus casi 80 años, cómo se vive el Nacimiento de Jesús en su tierra Vivir una Navidad en Belén debe ser una experiencia única Aunque la Domus Galilaeae está en el Monte de las Bienaventuranzas, en Korazim, junto al lago de Tiberiades, he tenido la suerte de vivir varias nochebuenas en Belén, el pueblecito cercano a Jerusalén donde nació Jesús. Vamos a la Cueva de los Pastores, celebramos la Eucaristía, cantamos y bailamos en las plazas... Es una gozada. Un año, fuimos al castillo de Herodes; otro, el día 26, fiesta de San Esteban, al lugar donde lo lapidaron... La verdad es que fue una gracia del Señor cuando decidí dejarlo todo por Él, porque no es que yo valga para mucho; pero bueno, oye, vivir la Navidad al ladito de dónde nació el niño Jesús, ¿quién me lo iba a decir? ¿Se ve a Jesús en Tierra Santa más fácilmente que en el resto del mundo? Aquí te vas encontrando a Jesús por todas partes. También cuando hacemos peregrinaciones a Jordania, a El Cairo... Es tocar el cielo. Los mejores años de mi vida, de mi viudedad y de mi vejez han sido aquí; pero también en El Salvador donde estuve un tiempo sirviendo. Porque no consiste tanto en el lugar en el que estés sino en vivir cada momento como un regalo del Señor. De El Salvador regresó por un problema de salud y ahora, ya recuperada, le han vuelto a enviar a Tierra Santa ¿no piensa jubilarse? A mí me gustaría morir con las botas puestas. ¡Dios ha hecho tantas cosas en mi vida! Fíjate que cuando me llamaron de nuevo para preguntarme si estaba dispuesta a volver me puse hasta nerviosa. Dije: “¡Señor, que habré hecho yo para que te acuerdes de mí, si yo soy una pobre mujer!”. Camino de los ochenta años, me siento misionera. En el centro en el que desarrolla su labor, reciben en estos días una visita muy especial... El más importante que viene es Jesús que nace, y nace de verdad. Aquí en la Domus Galilaeae, la Navidad comienza con la bendición del Belén, en Adviento. Pero una de las actividades navideñas más bonitas es la que vivimos cada año con motivo de la fiesta de la Epifanía del Señor. Gracias a los formadores, a los seminaristas y al equipo de jóvenes que vive en la casa, se organiza la visita de los Reyes Magos y se invita a todos los vecinos del entorno, de los pueblos cercanos. Se hace en dos tandas: una es para los niños judíos y sus familias. Los Reyes les cuentan su experiencia, cómo vieron la estrella y vinieron a Tierra Santa buscando al niño que iba a nacer. A los niños les regalan dulces y caramelos. Es una experiencia muy bonita de diálogo interreligioso. Al día siguiente, se invita a los niños cristianos árabes y los Reyes, que también hablan ese idioma, les dan una catequesis sobre la Navidad. Los niños gozan una barbaridad, porque las familias enteras, los padres con sus hijos hablan con los Reyes en su idioma. No te lo puedes ni imaginar.