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La dignidad de los trabajadores

Publicado: 08/04/2007: 225

•   Comunicado del Sr. Obispo ante los problemas de VITELCOM

Cerca de cuatrocientos trabajadores malagueños, de una media de 30 años, están viviendo un grave calvario. Según me informan, no cobran su salario, no tienen ningún trabajo que realizar cuando acuden cada mañana al puesto y temen que la amenaza del despido trunque sus proyectos de futuro.

Lo más grave de la situación que sufren, según ellos, consiste en que nadie les informa claramente sobre el estado real de la empresa VITELCOM, que comenzó su andadura el año 2002 y conoció algunos años de bonanza.

Parece ser que la falta de acuerdo entre el actual y único accionista y propietario, Telefónica y la Junta de Andalucía ha conducido a la presente situación, sin que nadie haya podido probar que la empresa no sea económicamente viable. Como suele suceder en estos casos, los rumores se disparan y enrarecen el ambiente, haciendo cada vez más difícil hallar una solución satisfactoria.

Tampoco yo tengo datos seguros, aunque fuentes sindicales dignas de crédito me aseguran que Telefónica podría volver a dar trabajo a la empresa VITELCOM si se cumplieran determinadas condiciones y la Junta de Andalucía asumiera el protagonismo que le corresponde, porque la empresa comenzó contando también con la valiosa ayuda de la Junta.

Por ser un problema que afecta de manera directa y dramática a unas cuatrocientas personas, pienso que esta cuestión nos afecta indirectamente a todos los malagueños, porque desmantela otra de las pocas empresas que tenemos. En este caso, una empresa de tecnología punta que ha conocido años de un meritorio éxito. Ni Andalucía ni Málaga pueden permitirse esta grave pérdida. Los ciudadanos tenemos derecho a la información y tenemos el deber de no permanecer pasivos ante esta situación.

Comprendo que los empresarios montan sus empresas para ganar dinero, pero la impresión que existe entre los trabajadores y los líderes sindicales es que el problema no radica en la falta de calidad de los productos, ni en la ausencia de mercados, ni en la falta de competencia de los trabajadores, sino en una falta total de entendimiento entre el actual propietario y Telefónica.

Desde aquí hago un llamamiento a los interesados para que busquen las soluciones pertinentes y no antepongan a la dignidad de los trabajadores ninguna otra clase de intereses, ya sean de tipo económico o político. El diálogo y la negociación son la forma mejor de resolver los conflictos.

También animo a todos los profesionales cristianos que conozcan el tema, para que aporten sus ideas sobre algo que afecta al bien común, pues la defensa de los derechos humanos es un aspecto intrínseco de nuestra vida de fe en Jesucristo y de su apuesta por el hombre.

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Autor: Delegación MCS

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