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El cristiano está llamado a resucitar con la Pascua

Publicado: 02/04/2007: 297

•   Los movimientos apostólicos, signo de la presencia del Resucitado

Con la Pascua, los cristianos renovamos nuestras promesas bautismales, promesas que tratamos de vivir a lo largo del año en las parroquias.

También los movimientos tratan, de diferentes maneras, según su carisma, de seguir la voluntad de Dios, profundizar en la fe, para fortalecerse en ella y así poder transmitirla.

En la diócesis malacitana contamos con 57 de estos movimientos y, de entre de ellos, queremos hoy fijarnos en uno de ámbito mundial: los Equipos de Nuestra Señora (ENS) . Este movimiento, nacido en Francia a principios del siglo XX, bajo el impulso del sacerdote Henri Caffarel, tiene en nuestro país un gran número de miembros, alrededor de 10.000, siendo tan sólo superados por franceses y brasileños.

Su objetivo, siempre bajo la protección de Nuestra Señora, consiste en ayudar a las parejas a descubrir el sacramento del matrimonio y a vivirlo plenamente en el seno de una vida de equipo.

La base del movimiento está constituida por los “el equipo”. Cada equipo está formado por cuatro o seis matrimonios y un consiliario, que se integra en los equipos de manera voluntaria, respetando siempre su espíritu. Los equipos se forman intentando que sean homogéneos en cuanto a edad, afinidades y motivaciones. Cada año, en el seno del equipo, se elige una pareja responsable para estimular y animar las acciones de las demás parejas. A lo largo del año, la pareja responsable escoge un tema de meditación, prepara las reuniones mensuales –que tienen lugar en los domicilios particulares de los matrimonios– y organiza los retiros.

En Málaga hay ya 70 equipos de base coordinados por un equipo de sector que está compuesto por tres matrimonios. Su consiliario es el sacerdote Alfonso Crespo. Mari Carmen Villafranca Porras y Juan Ruiz Ayala son un matrimonio que lleva más de 30 años reuniéndose con uno de los Equipos de Nuestra Señora. Nada como su testimonio para saber de primera mano qué ha aportado esta experiencia a sus vidas.

– ¿Cómo os unisteis a este equipo?

– A través de un amigo de confianza que estaba integrado en uno de los equipos. Él nos planteó la posibilidad de profundizar en nuestra fe y nos puso en contacto con un matrimonio que estaba organizando un grupo nuevo.

– ¿Cómo había sido hasta ese momento vuestra vida de fe?

– Hasta ese momento, nosotros no habíamos oído hablar de ese movimiento y ni tan siquiera participábamos en la vida parroquial de manera asidua.

– ¿Cómo cambió vuestra vida?

– Fundamentalmente en que nos unimos más como pareja, pero también influyó mucho en la educación de nuestros hijos. Por otra parte, el unirnos a este equipo fue como ampliar la familia ya que, después de tantos años, todos participamos en los acontecimientos de los demás miembros del grupo.

– ¿Cómo ha sido vuestra evolución dentro del movimiento?

– Nosotros hemos llegado a ser pareja piloto, encargándonos de formar a los nuevos equipos a los que acompañamos durante dos años, hasta que tienen autonomía propia.

– ¿Cómo veis a la juventud que ahora se une a los equipos?

– Para empezar, al haberse retrasado la edad para contraer matrimonio, los componentes de los equipos tienen más años que nosotros cuando empezamos. Otra gran diferencia estriba en la escasa formación religiosa que tienen los jóvenes de hoy en día. Aún así, el hecho de compartir vivencias con creyentes en sus mismas circunstancias, les anima a unirse a los Equipos de Nuestra Señora.

Autor: Revista Diócesis

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