En él recoge las conclusiones del Sínodo de obispos celebrado en octubre de 2005 sobre la Eucar istía. La exhortación apostólica postsinodal busca que los católicos de todo el mundo redescubran el sacramento de la Eucaristía y afirma que «en este sacramento el Señor se hace comida para el hombre hambriento de verdad y libertad.»

El texto presenta enseñanzas básicas sobre el misterio de la Eucaristía y las compagina con indicaciones de carácter práctico que buscan renovar el amor y la veneración de los católicos por el sacramento. En este sentido, el Papa Benedicto XVI afirma que la renovación del amor de los católicos por la Eucaristía pasa por aplicar una «catequesis mistagógica», que introduce «en el significado de los signos contenidos en los ritos». Por otra parte, el Obispo de Roma afirma que otro elemento clave necesar io para que crezca el amor por la Eucaristía es la adoración del Sacramento. «La adoración fuera de la santa Misa prolonga e intensifica lo acontecido en la misma celebración litúrgica».

«Sacramentum caritatis», que es así como se escribe en latín, recuerda, entre otros temas, que el acceso a la comunión en la misa celebrada en la Iglesia católica está reservada a las personas en plena comunión con ésta; confirma el «sentido profundo del celibato sacerdotal»; ratifica la indisolubilidad del matrimonio y afirma que la Iglesia, trata de ayudar a los divorciados «con especial atención».

Por último, la Exhortación recoge la dimensión social eucarística afirmando que «la oración que repetimos en cada Santa Misa: “Danos hoy nuestro pan de cada día”, nos obliga a hacer todo lo posible, para que cese en el mundo el escándalo del hambre y de la desnutrición que sufren tantos millones de personas». Y afirma que «el cristiano laico en particular, formado en la escuela de la Eucaristía, está llamado a asumir directamente la propia responsabilidad política y social».