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El profesorado de Religión es de los más formados y valorados

Publicado: 30/10/2006: 187

•   Docentes de toda Andalucía se reúnen en Málaga los días 11 y 12

El sábado 11 y el domingo 12 de noviembre tendrá lugar en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga un simposio de profesores de Religión de toda Andalucía bajo el título: “El profesor de Religión: retos y perspectivas”.

El hecho de celebrarse en Málaga se debe, además de por ser junto con Sevilla la diócesis con más profesores de Religión, al hecho de que nuestro Obispo, Don Antonio Dorado, es el presidente de la Comisión Espicopal de Enseñanza de la Conferencia Episcopal y, por tanto, uno de los mejores conocedores del estado actual de las conversaciones con el Gobierno en torno a la futura configuración de la asignatura de Religión.

En una reciente entrevista, D. Antonio ha señalado que los profesores de Religión son de los más “preparados y valorados dentro de los centros educativos”.

El Sr. Obispo de Málaga, en una reciente entrevista concedida al programa “Lo que no te cuentan” de Popular TV Málaga, señaló las tres cualidades que no deben faltar en un profesor de Religión: “En primer lugar, la competencia en el tema que va a transmitir. Se garantiza porque se le exige un título equivalente al de cualquier profesor de otra asignatura: una diplomatura para Primaria o una licenciatura para Secundaria. Eso es una exigencia estatal que en nosotros se cumple. Pero no nos quedamos ahí. Hay que comprobar que esa persona que va a enseñar una asignatura específica conozca suficientemente el hecho religioso. Esto se garantiza con la Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI) que certifica que ese profesor ha estudiado los cursos suficientes para poder enseñar con competencia unos saberes como son los del hecho religioso.

Pero hay una tercera cualidad: como es una enseñanza confesional, esa persona tiene que responder al perfil de una persona cristiana que transmita con fidelidad el mensaje del Evangelio y que, de alguna manera, lo manifieste y lo viva. Somos muy duros. Este nivel hace que el profesor de Religión goce en los centros de una consideración y respeto por su competencia, por su preparación y por su dedicación”.

El partido político del Gobierno ha manifestado en numerosas ocasiones su desacuerdo con que sean los obispos quienes elijan a las personas idóneas para ser profesores de Religión, pero, según D. Antonio, esta exigencia no responde a un celo particular de la Iglesia institucional. “La Iglesia –señala– no def iende para sí. Tratamos de apoyar a los padres en lo que son sus pretensiones legítimas y creemos que también legales y constitucionales.

Nuestra misión exclusivamente se limita a decir: para la enseñanza religiosa confesional, quien es competente para saber cuáles son los profesores idóneos, es la respectiva confesión: los católicos los musulmanes, los judíos...”.

“En el caso concreto de los católicos –continúa el Sr. Obispo– nuestros docentes, además de estar preparados según las exigencias del Estado, van a transmitir con fidelidad lo que es la enseñanza católica. En definitiva, aquí, lo que se está jugando son los derechos que les asisten, según la constitución y según los acuerdos internacionales, a los padres de familia que quieren esta enseñanza. Una enseñanza que, a pesar de la situación tan precaria en la que se encuentra, elige más del 90 por ciento de los padres en Primaria y más del 60 por ciento en Secundaria. Es un porcentaje muy alto que debería ser tenido en cuenta. Yo no digo que sea obligatorio, como la asignatura de “Educación para la Ciudadanía” que ha sacado el Gobierno, y que en el fondo va a ser una forma de ética del Estado. Nunca hemos querido que la Religión sea obligatoria. Es un derecho optativo que es legítimo que la sociedad y la Iglesia lo reclamen”.

Autor: Revista Diócesis

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