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Málaga supera la cifra de 200 misioneros en todo el mundo

Publicado: 17/10/2006: 347

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Este domingo la Iglesia celebra la Jornada del DOMUND. Lorenzo Orellana, delegado de Misiones, nos explica la importancia de este día, recordándonos que la misión es una de las dimensiones fundamentales de la fe. «No se puede fortalecer y transmitir la fe, si se olvida su dimensión misionera».

“El cristiano adulto se ha de caracterizar por su fuerte impulso misionero, tanto en la edificación de la Iglesia, como, sobre todo, en su compromiso cristiano en el mundo” (PPD 2006-2009).» En la actualidad hay 206 misioneros malagueños por todo el mundo, contando sacerdotes, religiosos/as y seglares, y la Campaña del DOMUND hace posible que muchas personas conozcan el amor de Dios de palabra y de obra. Asia es una de las zonas más necesitadas del anuncio de Jesucristo, aunque hoy en día no hay que dar nada por seguro y Orellana afirma que en África, Asia e Hispanoamérica hay más esperanza que en la vieja Europa, donde la frialdad va tomando posesión del continente. En la página siguiente, Gustavo y Manoli nos cuentan su experiencia misionera.

Manoli Valle y Gustavo Zambrana forman parte del Movimiento de Acción Cristiana (M.A.C.) y son misioneros desde 1993. Durante siete años colaboraron en la arquidiócesis de Ciudad Bolívar, a 150 km. de la misión diocesana de Caicara del Orinoco y, más tarde, en Aguarico, en Ecuador. «Como matrimonio cristiano debemos escuchar la llamada de Dios y responder desde el servicio».

Manoli es ama de casa y su tarea en la misión consiste en trabajar con mujeres como ella, a las que impulsa a luchar por sus derechos, a crecer como personas e, incluso a desarrollar microempresas que les permitan construir futuro para su pueblo. Tanto en Venezuela como en Ecuador ha coordinado la creación de guarderías y ha potenciado la animación de las comunidades cristianas existentes.

Su esposo, Gustavo, auxiliar de clínica, se ha unido a ella en esta tarea, potenciando además la pastoral con los jóvenes y coordinando proyectos de desarrollo y defensa de la niñez y la adolescencia. «No sólo hacen falta personas de buena voluntad, sino con un arraigo fuerte en la fe, un contacto perseverante con Jesús, amor a la humanidad y... que estén dispuestos a entregar la vida por el Evangelio, aunque suene fuerte», nos dicen.

Está claro que la promoción social es importante. De hecho, las principales necesidades de la zona son cosas tan básicas como la salud y la educación, pero afirman rotundamente que «no podemos olvidar la necesidad de oír hablar de Jesús que tienen estos hombres y mujeres.» Precisamente una de las ocupaciones diarias de este matrimonio misionero consiste en atender, por las tardes, las comunidades que componen los 54 “pueblitos” de la zona, acompañando a los sacerdotes, animando a los catequistas e impulsando el compromiso de los feligreses.

Su vocación es llevar a Cristo a todos los rincones del mundo, y tan necesario es hacerlo de palabra como de obra. Preguntados por su “sueldo”, Gustavo y Manoli responden que la misión es para ellos una forma de vida, cargada de sufrimientos, pero que les llena de felicidad.

Autor: Revista Diócesis

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