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Enviados a transmitir el gran tesoro de la Iglesia

Publicado: 09/10/2006: 190

El domingo 15 de octubre, se celebra en Málaga el Día de la Catequesis

Como viene siendo habitual, la Iglesia de Málaga celebra a comienzos de curso el Día de la Catequesis. El lema elegido para este año, siguiendo la línea del nuevo Proyecto Pastoral Diocesano, es “Transmisores de la fe”.

En palabras del delegado de Catequesis, Juan Manuel Parra, “el catequista es llamado y enviado a transmitir el gran tesoro que posee la Iglesia: el Evangelio que es Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre por nosotros y por nuestra salvación”. De ahí que, si nos fijamos en el cartel que se muestra en la ilustración de la derecha, vemos a Jesús que va transmitiendo el Evangelio por toda la Diócesis. El dibujante malagueño Fano nos muestra, con su estilo fresco y actual, cómo los hogares que acogen el Evangelio tienen luz, e invita a todos los catequistas a que se planteen qué es lo que transmiten en las horas que dedican a sus catecúmenos.

En las próximas líneas nos acercaremos a la etapa de perseverancia, la que sigue a la Primera Comunión.

“Hoy celebramos el envío de los catequistas a ser transmisores de la fe. La catequesis no es una actividad más de la vida, ni una conferencia semanal, sino el compromiso de compartir con los niños, jóvenes y adultos la experiencia de Dios”, así define el párroco de la Estación de Cártama, El Sexmo y Aljaima, Gerardo Martínez, lo que significa el Día de la Catequesis.

La “perseverancia” es una de las etapas más desconocidas del proceso de catequesis o catecumenado. Parece que la catequesis es sólo para quienes se preparan a recibir un Sacramento concreto. Los párrocos de la zona de Campanillas y de la Estación de Cártama llevan varios años trabajando en la promoción de esta etapa de perseverancia, en la que se integran los chicos después de recibir su Primera Comunión. Gerardo nos cuenta que, en esta zona de la periferia de Málaga que crece por días, están tratando de llevar a cabo una “pastoral juvenil” en la que se añadan a la catequesis otras actividades con las que transmitir el Evangelio a los chavales.

Se trata de presentarles a Dios con su mismo lenguaje: un equipo de fútbol, talleres de manualidades, juegos, etc, que no se conviertan en simples actividades lúdicas.

Según la experiencia de este joven párroco (hace tan sólo seis años que fue ordenado sacerdote), lo más importante en un catequista de perseverancia es que “no le molesten los niños y adolescentes y sepa captar su interés y su atención”.

Las claves de la catequesis de perseverancia son, para Gerardo, las siguientes: “que el niño o adolescente necesita saberse querido por el catequista con el mismo amor que Dios nos tiene. Necesita sentirse partícipe de las actividades y catequesis; no se trata de organizar actos para que los consuma, sino de que se sienta protagonista en todo, como en su propia familia. Y, lo más importante, que esto le sirva para que viva su experiencia de fe, celebre la Eucaristía y experimente el amor de Dios en la medida de sus capacidades y su edad, para que no sea una experiencia vacía”.

Y, por supuesto, junto a los catequistas, está la importancia de los padres en este proceso de transmisión.

Pueden encontrar más información en la web de Catequesis.

Autor: Revista Diócesis

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