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Misiones populares: para fortalecer y transmitir la fe

Publicado: 25/09/2006: 499

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Con motivo de celebrar este mes de octubre el tradicional mes de las Misiones les acercaremos una experiencia de misión, que se ha realizado en las parroquias de Gaucín, Benarrabá y Estación de Gaucín, con ayuda del equipo CESPLAM (Centro de Estudio y Planificación Misionera) de los misioneros redentoristas.

“A estas alturas ya no sé qué más puedo hacer ”. Esta es una de las cuestiones que muchos sacerdotes se plantean cuando en nuestras parroquias vemos que con las catequesis no es suficiente y que la parroquia necesita un empujoncito global para dar ese salto que a todos nos revitalizaría y daría nuevos ánimos e ilusiones. Ese trampolín que a todos nos sumerja en un mismo espíritu y nos haga tener un mismo sentir y pensar.

José Morales Melguizo es el párroco de Gaucín, Gaucín- Estación y Benarrabá, y durante 20 años ha sido misionero en España y en Hispanoamérica, atendiendo, en total, unas 380 parroquias. En su opinión, las misiones populares son “uno de los mejores revulsivos para nuestra tarea pastoral; sobre todo, teniendo en cuenta que nuestro recién nac ido PPD aboga por ‘fortalecer y transmitir la fe’”.

“Es una gran apuesta sobre todo para el futuro –dice–, pero nunca pensé que mis parroquias se volcaran tan pronto y con tanto entusiasmo por la tarea misionera, hasta el punto de que tres meses antes de la fecha de comienzo todo estaba dispuesto y bien dispuesto. La gente tenía ganas, estaba deseando; y contrariamente a lo que yo pensaba, tenía más apetito del que se pudiera suponer.

Ellos, los seglares, comprometidos o no, son los que en muchos momentos del proceso nos animan a los párrocos a seguir con entusiasmo. Ellos, parece que vislumbran de lejos todas las posibilidades que van a granar, y atisban con alegría una densa renovación en la que ellos son los artífices más importantes”. Las misiones populares tienen una temporización que Morales explica de la siguiente manera: “La primera semana de misión, transcurrió a base de las Asambleas Familiares Cristianas, que son reuniones por todas las calles y barrios de la parroquia, animadas por los mismos seglares. La segunda semana, se realizó un trabajo por sectores: matrimonios, jóvenes, adolescentes, niños, tercera edad… con temarios referentes a su situación en el mundo, en la Iglesia y en la familia”.

“Pero lo más interesante –añade el sacerdote– son las posibilidades de futuro que nos deja a los párrocos, puesto que los grupos constituidos en la misión permanecen en el tiempo con la intensidad y continuidad que queramos darles.

Grupos que, en cuestión de dos años, terminan reconvirtiéndose en grupos de catequesis de adultos en línea catecumenal y no sólo en formación; o en grupos de reflexión y estudio de la Biblia. He de decir –concluye– que siempre conté con el encomiable apoyo e interés de nuestro obispo”.

Autor: Revista Diócesis

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