En su última carta pastoral titulada Con la mirada y con el corazón en Dios, monseñor Antonio Dorado, obispo de Málaga, ha querido vincular el "programa" de Cuaresma de oración, limosna y ayuno, a algunas cuestiones de actualidad que afectan a su diócesis, convencido de "que la oración nos enseña a mirar la vida con los ojos de Dios y nos lleva a actuar con el amor que Él ha infundido en nosotros, aunque el compromiso de amor en favor de los más pobres nos pueda acarrear abundantes sacrificios".

"Y al mirar la actualidad de nuestra diócesis con los ojos de la fe, descubrimos que el Espíritu nos invita a tomar postura ante situaciones que atentan contra el hombre y contra sus derechos. Por poner algún ejemplo, ahí tenemos la situación de desamparo en que se encuentran los trabajadores de Confecciones Sur", afirma.

Aunque monseñor Dorado no duda "de que la empresa cuenta con el apoyo de las leyes y de los principios económicos que rigen en la economía española", añade que "se trata de unas leyes y de unos principios que pueden dejar en la calle a más de 300 personas, en su mayoría mujeres".

En este sentido, el pasado 5 de marzo, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Málaga, hizo público un comunicado de apoyo a los trabajadores de Confecciones Sur, en el que denunciaban "los efectos de la deslocalización y la liberación de los mercados internacionales", que no se corresponde con el "sacrificio empresarial": "Cortefiel, al igual que tantas empresas, no está dispuesta a renunciar en ninguna medida a las posibilidades de beneficio empresarial, incluso la multiplicación de éste, aunque ello le lleve a realizar estas actuaciones empresariales que lejos de contribuir al bien común, favorecen el seguir generando procesos de deshumanización laboral y de situaciones de verdadera esclavitud en los países del Tercer Mundo".