Como Laicos Misioneros de la Consolata, hemos trabajado con muchos misioneros sacerdotes italianos y españoles. Tanto mi marido como yo, lo que siempre hemos valorado más es su capacidad de escucha y de hacerte sentir como un igual, no considerarte distinto por ser seglar; dispuestos siempre a trabajar de forma conjunta en la parroquia, en la misión... de organizar actividades con el pueblo, los catequistas... tratarnos siempre de igual a igual ha sido para nosotros fundamental. 

Hemos trabajado con muchos misioneros sacerdotes, personas muy sencillas, trabajadoras y cariñosas, que han confiado en nosotros y nos han tratado como familia, incluso compartiendo momentos en nuestro hogar, alrededor de la mesa, como amigos que trabajan juntos en la misión y para la misión, dejándose acompañar. Todo esto lo hemos valorado muchísimo.