Con sólo 22 años Omar es un alumno ejemplar. Aún recuerdo su llegada al centro, con mucho que aprender pero con algunas cosas muy claras: quería aprovechar el tiempo y aprender haciendo, para poner el conocimiento al servicio de los demás. Con esta idiosincrasia encajó desde primera hora con la propuesta educativa de nuestro Centro. En este tiempo le he visto crecer tanto en lo humano como en lo profesional. Muchas han sido las jornadas de preparación que se dedicaron habiéndonos convertido en compañeros de un viaje increíble, y no me refiero al de Brasil, sino al del aprendizaje continuo, al de descubrir el valor del esfuerzo, al de saborear la paciencia, a jugar desde la justicia y a saber discernir con templanza que nuestro tiempo estaba puesto al servicio de la comunidad a la que representábamos. Y es que en este tiempo Omar se ha erigido como muestra de talento trabajado, esfuerzo y prudencia. Valores que se tratan de transmitir a nuestro alumnado en todo lo que proponemos en nuestro centro.