«No es la manera. No se puede atentar contra la vida de unas personas desvalidas que buscan mejoras en su vida porque tienen detrás la lacra de la pobreza y también la lacra de persecuciones y de la falta de libertad en sus países. Habrá que regular la inmigración, pero siempre desde el respeto básico y esencial a la vida. El inmigrante no es un peligro, es alguien que aporta riqueza a la construcción social del país», ha declarado el nuevo portavoz de la Conferencia Episcopal Española.

En la asamblea, Gil Tamayo resumió lo acordado por los obispos a lo largo de esta semana y respondió asimismo a otras preguntas de la prensa. «No comparecemos ante ustedes. Se comparece ante el juez. Yo aparezco ante ustedes, así que no tomen esto en clave de angustia sino de responsabilidad», dijo en tono distendido a los periodistas que cubrían la información.

La colocación de cuchillas en la valla de Melilla para disuadir a los inmigrantes en su decisión de traspasar la frontera ha despertado el rechazo de los grupos políticos de la oposición esta semana. El Ministerio del Interior no tiene, sin embargo, intención de retirarlas.