Tras presentar el anteproyecto a la ciudadanía y a las fuerzas políticas, en septiembre de 2019, con las posibles soluciones planteadas a la falta de cubiertas del primer templo malagueño, este paso busca avanzar ya de modo definitivo a la solución de las filtraciones de agua. El Proyecto Básico y de Ejecución haría posible, si fuera aprobado por la Administración, el comienzo de las obras de manera inmediata. El proyecto contiene, además de la planimetría básica para definir el proyecto, toda la documentación necesaria para ejecutarlo. «Se ha calculado la estructura de la cubierta y de la propia Catedral, para ver cómo interactúa esta intervención en la propia estructura del edificio, y hemos llegado a la conclusión de que, retirando la cubrición actual y poniendo el tejado a dos aguas ideado por Ventura Rodríguez, le quitamos peso a la Catedral, y además con la ventaja de que cargaría sobre los elementos portantes, y no sobre las bóvedas», cuenta Sánchez La Chica.  El proyecto, para el que se ha contado con un equipo multidisciplinar de arquitectos, ingenieros especialistas en diseño, cálculo de instalaciones y cálculo de estructuras, aparejador, restaurador e historiador contempla además todo el sistema de bajantes, el tratamiento de impermeabilización y la conexión con la red de saneamiento de la ciudad, así como el estudio contra incendios y todas las memorias, incluida la de aquitectura, que justifica la necesidad de esta cubierta desde su construcción en la época renacentista, y una justificación firmada por el catedrático de Historia del Arte Juan Antonio Sánchez López. «Es un proyecto integral para acabar con el problema de las filtraciones», afirma el arquitecto de la Catedral. «El impacto visual es muy leve, ya que la cubierta está muy tendida, y sería solo visible desde determinados puntos, como Gibralfaro, por su posición elevada. Nosotros proseguimos el proyecto de Ventura Rodríguez, pero con los materiales y la tecnología de nuestro tiempo, y apostamos por la calidad y los elementos que aconseja la historia y el edificio. Es un proyecto muy “silencioso”, y la geometría que está proyectada para la máxima eficacia para la evacuación de aguas, es también muy estética. Además, no perdemos la visión de las bóvedas, sino que permite un espacio interior a través de pasarelas que será visitable», añade.

Ahora está en la mano de la Junta de Andalucía revisar este proyecto y dar el permiso para solicitar el permiso de obras al Ayuntamiento de Málaga.