NoticiaCoronavirus Oficio de Tinieblas. Lamentaciones. Juan Francés de Iribarren (y III) Publicado: 08/04/2020: 15536 Con este último comentario el doctor en Musicología por el Pontificio Instituto de Música Sacra de Roma, director del coro y organista 2º de la Catedral de Málaga, Antonio del Pino, finalizan estas citas virtuales en torno a la música del Oficio de Tinieblas. En estas dos últimas entregas hemos presentado la música de Juan Francés de Iribarren, maestro de capilla de la Catedral de Málaga en el tercio central del siglo XVIII. Tanto esta pieza de 1739 como la anterior de 1755 muestran no sólo la calidad musical de este maestro sino su capacidad de evolución estilística habida cuenta de que una vez que llegó a Málaga en 1733 procedente de la Catedral de Salamanca no volvió a salir de nuestra ciudad. El archivo de música de la Catedral de Málaga, entre sus múltiples tesoros muchos de ellos aún inéditos, custodia el casi millar de obras que dejó Iribarren al archivo que él mismo creó en 1737. También a él se debe la contratación de los poetas de la corte de Madrid para la elaboración de los textos para los villancicos de Navidad, Inmaculada y Corpus o haber llevado a la capilla musical del primer templo de la diócesis a altas cotas de calidad y cantidad, ya que durante su magisterio la capilla contaba con un conjunto vocal instrumental estable de una treinta de elementos entre músicos de voz, instrumentistas, coro de canto llano, seises y organistas. La versatilidad de Iribarren le permitió evolucionar en su estilo durante los más de treinta años que sirvió a la Iglesia de Málaga sin salir de ella. Podemos encontrar en su producción desde obras de pequeño formato [un cantor con acompañamiento al órgano o al arpa] a grandes obras a doble coro con un amplio despliegue instrumental. Asimismo, junto a obras de refinado estilo galante encontramos obras de un gran resabio popular o imbuidas en el más tradicional estilo hispano. Uno de los puntos de inflexión en su amplia trayectoria compositiva tuvo lugar el año de 1746 cuando realizó al menos cuatro contrafacta del celebérrimo Stabat Mater que Giovanni Battista Pergolesi compusiera en Nápoles, justo el año en el que el mismísimo Juan Sebastián Bach compusiera asimismo su propia versión de esta secuencia mariana, Tilge Höchster meine sünden. Nos encontramos ante uno de los compositores claves del siglo XVIII español y uno de los referentes para entender la amplitud y riqueza del considerado barroco tardío hispano. El archivo de nuestra catedral es uno de sus mejores depositarios.