NoticiaColaboración Mujer y violencia Publicado: 25/11/2019: 5843 El Diario Sur publica hoy un artículo de delegado de Medios de Comunicación Social, Rafael Pérez Pallarés, por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Jamás admitiré que alguien asesine a una mujer, a unos niños o niñas, a un hombre. Hoy lunes, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, es necesario reflexionar sobre la lacra, que supone la violencia contra la mujer. Es atentado contra la dignidad humana. Muchas veces las batallas políticas, en vez de favorecer respuesta contundente ante este drama, obstaculizan una contundente respuesta. Urge centrarse en lo esencial: evitar la violencia contra la mujer. Es una vergüenza que a estas alturas del partido, en Málaga y su provincia, haya mujeres que sean asesinadas o heridas en cuerpo o alma. La agresión contra la mujer ofrece un panorama sombrío sobre el que hace falta una determinada determinación para evitar que se repita. Una nueva mentalidad debe alumbrar nuestras sociedades, una postura inequívoca debe asumirse para ponerse al lado de las víctimas y para quien sea creyente un cultivo de una fe que respete y libere. Estamos convocados como sociedad y personas en particular a crecer en una mayor sensibilidad y atajar desde todos los flancos la violencia contra la mujer. También desde el ámbito religioso: hay que recuperar la igualdad y la belleza contempladas en la creación; la igual dignidad de la mujer y el varón debe ser recuperada por encima de todas las discriminaciones e inferioridades a la que la historia ha condenado a la mujer. La extrema crueldad de los crímenes machistas y el victimismo de los verdugos es un cóctel muy peligroso no exento de riesgos que conviene reconocer. Por eso precisamente hay que abordar la violencia contra las mujeres de manera interdisciplinar: son múltiples las dimensiones y aspectos que confluyen en esta realidad, muchas veces sin despertar alertas. ¿Acaso se nos escapa que muchas de las letras de las canciones que escuchan nuestros jóvenes son absolutamente machistas y despreciables? ¿No vemos que algunos vídeos, con millones de visitan, atacan directamente a la mujer tratándola como objeto? ¿Acaso los clubs de alterne no son lugares donde se pisotea la dignidad femenina a cambio de un puñado de euros? ¿Pasan desapercibidas las expresiones machistas que salpican nuestros lenguajes en las redes o los bares? La violencia contra la mujer cobra múltiples formas y tenemos que estar muy atentos para abordarla. La conciencia y la opinión pública no son vectores simples. Conviene formarlas y conformarlas desde la igual dignidad del ser humano.