Este domingo, Solemnidad de Cristo Rey, la Iglesia de Málaga se une a la colecta extraordinaria por los damnificados de la DANA. «Observando a Jesús, la idea que tenemos de un rey da un vuelco», dijo el Papa en la solemnidad de Cristo Rey hace dos años. Mirando al Cristo embarrado de Paiporta, entendemos que el Reino que vino a anunciar Jesús no es de este mundo. Él no busca “salvarse a sí mismo”, sino que hace suyos los dolores de cada hombre, de cada mujer; carga con nuestras cruces y las redime. Así lo están comprobando en Benamargosa, donde la última DANA ha arrasado muchas cosas, pero no la confianza en Cristo, el único Rey, el que, cuando reina en nuestra vida, es capaz de sacar lo mejor de nosotros.

Las Semanas Sociales, que ahora han concluido en Valladolid el trabajo diocesano llevado desde diócesis como Málaga, son un ejemplo de cómo la fe nos mueve a “embarrarnos” para sembrar en esta sociedad la semilla de un reino de paz, de justicia y de encuentro.

Más sobre las Semanas Sociales de Málaga.

¿Qué encaje tienen las Semanas Sociales con el Reino de Dios que Jesús vino a instaurar?
Tal y como yo lo he vivido las Semanas Sociales son semilla del Reino de Dios que entre todos los que formamos parte de la iglesia estamos llamados a construir. Un encuentro en el que personas cristianas de diferentes carismas y con diferentes dones y obligaciones ponen en el centro de sus vidas el evangelio, y con ello, el mensaje de amor y compromiso con la sociedad, no puede ser más que un brote del Reino de Dios en nuestros días.

¿Qué importancia tiene ahora abordar el tema del diálogo en la sociedad y en la Iglesia?
Siempre ha sido fundamental pero quizá ahora se torne indispensable. Estamos en la era de la comunicación, adecuadamente o no, recibimos, cada minuto, mensajes (comunicaciones) provenientes de una profusa polifonía de ideologías, creencias y carismas. Es por todo ello que establecer cauces adecuados de diálogo, estructuras abiertas y acogedoras, así como, espacios de encuentro es la única manera, a mi entender, de avanzar y crecer comunitaria y fraternalmente dentro de la iglesia pero también como sociedad.

¿Qué destacarías de la participación diversa en este foro?
Pues precisamente eso, la diversidad y el ánimo de diálogo reinante. Un espacio plural en el que sentirte escuchado pero también en el que acoger y meditar sobre realidades y argumentos distanciados de mi propio día a día pero en esencia sostenidos y animados por el mismo Espíritu.

¿Qué frutos han sido para ti los más importantes?
Hablar de frutos me parece un poco ambicioso. Yo creo que el éxito ha sido el de establecer los puntos a nivel político, educativo, social, cultural y pastoral de los que partir para poder establecer redes y espacios de encuentro que permitan construir una iglesia y sociedad malagueña más dialogante y fraterna.

¿Qué valor tiene esta iniciativa en la Iglesia de Málaga?
La principal fortaleza de las semanas sociales dentro de nuestra iglesia es la capacidad de unión en la diversidad de dones y carismas en una diócesis tan plural y rica como la nuestra.