NoticiaColaboración Testimonio de un cristiano sirio Círculo del Silencio en la Plaza de la Constitución // L. SANTIAGO Publicado: 14/06/2017: 22996 Ante el Día Mundial del Refugiado, recogemos el testimonio de Antranik, refugiado sirio acogido en Málaga. Somos una familia siria de cuatro hermanos. Yo estoy casado y tengo 3 hijos. Tuve que huir de mi país por la guerra. Pertenezco a una minoría cristiana, por lo que el peligro y la amenaza eran más grandes aún. En mi país, antes de la guerra, llevaba una vida normal; tenía un buen trabajo y gozaba de una vida familiar, social y religiosa satisfactoria. Salí de Siria en 2011 hacia Argelia. En aquel país estuve cinco años trabajando. Luego partí hacia Marruecos y entré en Melilla y, desde allí, llegué a Málaga. En Melilla, la acogida fue pésima. Echamos en falta los recursos más básicos, añadiendo el trato que no era del todo bueno. Sin embargo, en Málaga ha sido todo distinto. Personalmente me he sentido respetado, comprendido y valorado. Por una parte, siento la seguridad que me ha ofrecido la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Gracias a su ayuda tengo una vivienda y hago mi vida normal, estudiando y aspirando a una vida futura mejor. Pero, por otra parte, echo en falta a mi familia y sobre todo echo en falta a mi comunidad religiosa. Me gustaría encontrar un lugar donde compartir mi fe. Aquí me he sentido algo excluido dado que soy casi el único árabe de mi entorno que viene de una religión cristiana. Mis planes de futuro ahora pasan por lograr la reunificación familiar.