Como explica el historiador del arte y comisario de la exposición, Javier González, «con este proyecto se pretende redescubrir a Ortega Bru como uno de los principales renovadores de las artes plásticas españolas de la segunda mitad del siglo XX. En este sentido, el discurso estético-biográfico desarrollado en las salas del Palacio Episcopal recoge obras que hasta ahora han permanecido en los domicilios de la familia del artista, contraponiéndose estas a otras mucho más conocidas. Para ello, la aportación de los hijos de Ortega ha resultado crucial».

La obra religiosa de este artista sanroqueño tiene unas características muy marcadas por «la propia vivencia interior del artista. Durante los sucesos previos a la Guerra Civil, en su desarrollo y en los años posteriores, Ortega Bru vive en primera persona la sinrazón, el drama, el dolor, la tragedia, el desarraigo… La ejecución de sus padres o el atropello de su hermano, junto a su propio “peregrinaje” por diferentes centros de internamiento, marcan en él una huella indeleble. Una situación que le lleva a afirmar que él ha vivido una situación similar a la propia Pasión de Cristo, permitiéndose con ello representar el tormento a través de los rostros “a lo divino” de sus compañeros. Los signos de la muerte aplicados a la iconografía pasionista contrastan con la delicadeza aplicada al rostro de María. A ello además hay que unir las lecturas vanguardistas del expresionismo alemán, entremezclado con la fuerza vital de recuerdo miguelangelesco, entre otros matices», afirma González.

Ortega Bru es uno de los mejores imagineros del siglo XX, que abarcó pintura, escultura y obra gráfica, «tres aspectos esenciales y puestos de relieve en este proyecto. Desde luego, en el terreno de la estatuaria religiosa, la aportación renovadora de este artista es esencial. Pero no sólo para la escultura procesional, sino también para otras obras de devoción ubicadas en parroquias y conventos españoles».
comité científico

Una exposición que cuenta con un comité científico compuesto por el hijo primogénito del escultor, Ángel, las universidades de Sevilla y Málaga, ArsMálaga Palacio Episcopal y la propia Archicofradía de Pasión, que ha sido la impulsora de la muestra. «Todos los miembros han puesto al servicio del proyecto sus talentos, dando lo mejor de si mismos y dedicándole tiempo, ilusión y esfuerzo, afín de homenajear, humilde y sencillamente, a Luis Ortega Bru», concluye el comisario.