NoticiaReligiosas «Me sentí toda de Dios y a Él todo mío» Publicado: 03/10/2011: 1918 Rafaela Suárez Villanueva hizo pública su consagración a Dios como Hija de la Caridad el 11 de julio de 1936. Por tanto lleva consagrada 75 años como Hija de la Caridad. Desde entonces su vida ha sido testimonio del amor que Dios tiene especialmente a los más pobres. Sus años de vida religiosa le llevan a afirmar que el futuro de la vida religiosa se encuentra en la fidelidad «para que el Señor se salga con la suya», reconoce que «no hay mayor alegría que el hacer algo por el que carece de todo y nadie hace nada por él» y confiesa que siempre le han impresionado «las personas que sin ser ricas han ayudado a los pobres.» ¿Cómo conoció a Dios? La primera noticia me la dio “el sol matutino”. Vivíamos en un cortijo. Todos los días mi hermana y yo salíamos al campo al amanecer con una rebanada de pan blanco con manteca colorá. Andábamos por las veredas y veíamos cosas maravillosas. Nuestros padres nos contaban que “esas cosas eran cosas de Dios”. Al morir mi madre mi padre nos ingresó a las dos hermanas en un Colegio de Hijas de la Caridad. Cuando murió mi padre me llevaron a vivir con mis tíos y su hija pero yo continuaba visitando el colegio. En el colegio había una hermana, Sor Emelia Lozano que miraba mucho por mí. A ella le manifesté mi deseo vocacional y me ayudó muchísimo. ¿Por qué la vida religiosa y no otra? El Espíritu Santo me impulsaba y ayudaba a seguir ese camino: el camino de Dios de servicio a los pobres. Me daban compasión. Me interesaba por ellos, por sus muchos problemas y necesidades. Si volviera a nacer, ¿sería de nuevo religiosa? Seguramente sí. No hay para mi nada mejor ni de mayores consecuencias y resultados ya que viene de Dios y su Espíritu. ¿Hubo algo que haya echado de menos en los 75 años de vida religiosa? De lo dejado nada. Ha sido tanto lo bueno conseguido que me ha venido de Dios… No hay nada que lo iguale y mucho menos lo mejore. ¿Cuál ha sido el momento más intenso vivido como religiosa? El día feliz de mis primero votos y de mi preparación inmediata. Me sentí toda de Dios y a Él todo mío. ¿Qué le ha aportado la vida en comunidad? En lo natural y humano tengo una extraordinaria familia numerosa, buena y amada a no poder ser más. En lo espiritual tengo el tesoro de la fe, esperanza y caridad. Y además tengo a su autor: a Dios y a los hermanos. ¿Cómo ve el futuro de la vida religiosa? Mirándolo con ojos sanos y corazón sincero puede ser muy bueno. El futuro es nuestra fidelidad para que el Señor se salga con la suya. ¿Con la vejez nos volvemos más tolerantes? Pienso que debería ser así pero en la vida hay muchos tropiezos que nos hacen cambiar. Si pudiera elegir, ¿qué lugar elegiría para una nueva fundación? El lugar de los más pobres y los marginados, los que no tienen a nadie que le mire y hagan algo por ellos. Porque así quiso y escogió Dios el modo de venir al mundo. No hay mayor alegría que el hacer algo por el que carece de todo y nadie hace nada por él. Esto hizo Jesús al venir al mundo y esto debemos hacer sus verdaderos seguidores: los cristianos y más aún las Hijas de la Caridad. ¿Quién es la persona más impresionante de todas las que ha conocido a lo largo de su vida religiosa? Destaco, entre muchas, a la superiora de mi colegio: Sor Pilar Izurzu. Dedicaba todas las tardes a remendar las sábanas de las internas, echándole buenas piezas a la vez que enseñaba a las niñas. Siempre me han impresionado las personas que sin ser ricas han ayudado a los pobres. Pero también ¿qué decir de los sacerdotes atentos en sus cuidados y atención a su Iglesia, dando gloria a Dios en la ayuda a los más pobres? ¿Qué decir de religiosos y religiosas entregándose a los que menos o nada tienen? ¿O de la mayoría de los obispos que sufren por sus comunidades? ¿Y qué decir del Papa, entregado enteramente al trabajo para el bien de la Iglesia y de los pobres? Ha habido muchas personas que lo han hecho bien. Igualmente muchos seglares, que con su entrega gustosa al Señor, nuestro Dios, cumplen su voluntad. Autor: diocesismalaga.es