NoticiaSantos Santiago el Mayor, pescador de hombres Imagen de Santiago Apóstol de la parroquia del mismo nombre de Málaga capital. FOTO: MANUEL SÁNCHEZ Publicado: 20/06/2023: 11194 Apóstol Santiago, hermano del apóstol Juan, era llamado el Mayor para distinguirlo de Santiago, hijo de Alfeo. Su vida cambió radicalmente cuando acogió la invitación de Jesús a convertirse en pescador de hombres. El 25 de julio, se celebra su festividad. De carácter impetuoso, él y su hermano fueron llamados por Jesús mismo con el apelativo de “hijos del trueno” (Marcos 3, 17). Fue testigo de la Transfiguración, y de la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní, y el primer apóstol mártir, según cuentan los Hechos de los Apóstoles 12, 2: «Por aquel tiempo, el rey Herodes decidió arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan». Y, según la tradición, en el 831, fue descubierto un sepulcro con la escritura: “Aquí yace Jacobus, hijo de Zebedeo y de Salomé”. El lugar fue denominado campus stellae (campo de la estrella), nombre del que derivó el de la ciudad de Santiago de Compostela. En 1705 se inició la construcción de la Basílica dedicada al Apóstol y, desde la Edad Media, el Santuario es meta de peregrinaciones. En aquellas tierras concluyó el papa san Juan Pablo II su viaje apostólico realizado en 1982 por España, y a ellas regresó en la IV Jornada Mundial de la Juventud, en agosto de 1989, cuando rezó, ante la tumba del Apóstol con estas palabras: «Enséñanos, Apóstol y amigo del Señor, el CAMINO que conduce hacia Él. Ábrenos, predicador de las Españas, a la VERDAD que aprendiste de los labios del Maestro. Danos, testigo del Evangelio, la fuerza de amar siempre la VIDA. Contigo, Santiago Apóstol y Peregrino, queremos enseñar a las gentes de Europa y del mundo que Cristo es –hoy y siempre– el CAMINO, la VERDAD y la VIDA». El papa Benedicto XVI recordaba en la audiencia general del 21 de junio de 2006 que, «de Santiago podemos aprender muchas cosas: la prontitud para acoger la llamada del Señor incluso cuando nos pide que dejemos “la barca” de nuestras seguridades humanas, el entusiasmo al seguirlo por los caminos que él nos señala más allá de nuestra presunción ilusoria, la disponibilidad para dar testimonio de él con valentía, si fuera necesario hasta el sacrificio supremo de la vida. Así, Santiago el Mayor se nos presenta como ejemplo elocuente de adhesión generosa a Cristo. Él, que al inicio había pedido, a través de su madre, sentarse con su hermano junto al Maestro en su reino, fue precisamente el primero en beber el cáliz de la pasión, en compartir con los Apóstoles el martirio». El papa Francisco, en noviembre de 2020 le decía a trece nuevos cardenales que «Jesús, después de haber escuchado a Santiago y Juan, no se alteró, no se enojó. Su paciencia fue verdaderamente infinita. También con nosotros tuvo, tiene y tendrá paciencia. Y les respondió: “No sabéis lo que pedís”. Los disculpó, en cierto sentido, pero al mismo tiempo también los acusó: “Ustedes no se dan cuenta de que se salieron del camino”. (…) Todos nosotros queremos a Jesús, todos deseamos seguirlo, pero tenemos que estar siempre vigilantes para permanecer en su camino. Porque con los pies, con el cuerpo, podemos estar con Él, pero nuestro corazón puede estar lejos y llevarnos fuera del camino».